En su segundo día y tras permitir la salida de entre 7.000 y 9.500 personas, la evacuación de los barrios asediados del este de Alepo, la ciudad del norte de Siria que se convirtió en el epicentro de la última crisis humanitaria de ese conflicto, fue suspendida hoy, luego de que se escucharan nuevas explosiones.
La representante de la Organización Mundial de la Salud en Siria, Elizabeth Hoff, informó que tanto su equipo como el del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) fueron obligados a abandonar el área, según le dijo por teléfono a la agencia de noticias EFE.
«Hace unos minutos la operación fue abortada. Nos pidieron a la OMS y al CICR que abandonemos el área con micros y ambulancias, aunque no nos dieron ninguna explicación», aseguró Hoff.
Por su parte, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), una organización pro opositora con sede en Londres pero con una extensa red de contactos en el terreno, informó que la evacuación se detuvo poco antes del mediodía local en coincidencia con el sonido de varias explosiones en la zona.
Según el Observatorio, excavadoras y camiones volvieron a colocar sacos de arena que hasta ayer habían servido durante años de barrera para intentar frenar las constantes avanzadas del Ejército contra las zonas de la ciudad de Alepo que, desde mediados de 2012, estaban en control de milicias opositoras que buscan derrocar al gobierno nacional de Bashar al Assad.
En medio de acusaciones cruzadas de las partes sobre la responsabilidad de la interrupción la televisión siria responsabilizó a «terroristas» de haber violado el acuerdo de alto el fuego y de haber tomado rehenes, lo que causó la suspensión del proceso.
La cadena subrayó que «grupos terroristas» cortaron también la ruta por la que debía llevarse a cabo una evacuación de enfermos y heridos de los pueblos de mayoría chiita de Fua y Kefraya, en la vecina provincia de Idleb y cercados por el Frente Fateh al Sham (antiguo Frente al Nusra, ex filial siria de Al Qaeda) y otras facciones.
La salida de los pacientes de esas dos localidades forma parte del acuerdo de evacuación de Alepo, ya que fue una de las condiciones impuestas por Irán, aliado del gobierno de Damasco, para permitir la marcha de rebeldes y civiles de la mayor ciudad del norte de Siria.
Desde el exterior, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, afirmó que la responsabilidad de la «brutalidad» de lo que está ocurriendo en Alepo debe recaer sobre el gobierno de ese país y sus aliados, Rusia e Irán, a los que acusó de tratar de ocultar al mundo «la verdad» sobre lo que ocurre en Alepo.
«El mundo está unido en horror ante el asalto salvaje del régimen sirio y sus aliados rusos e iraníes en Alepo», subrayó el mandatario demócrata que gobernó Estados Unidos en los últimos ocho años y que el 20 de enero será sucedido por el republicano Donald Trump.
También desde el exterior el presidente de la oficina política de la insurgente Agrupación Fastaqim, Zakaría Malahifyi, acusó directamente a «las milicias iraníes» que pelean codo a codo con el Ejército sirio de haber disparado contra uno de los convoyes que transportaba a combatientes opositores desde los dos barrios que quedaban cercados en Alepo hasta la vecina provincia de Idleb, aún bajo control rebelde.
Según la televisión pública, ambos bandos están negociando nuevamente para reiniciar la evacuación.
Por su parte, Turquía denunció que 14 civiles del convoy de colectivos, que fue frenado y devuelto a la zona asediada, fueron asesinados por «un grupo de terroristas extranjeros aliados al régimen sirio» antes de liberar a la caravana que llevaba a unas 800 personas, según informó la agencia de noticias pública Anatolia.
Mientras la suspensión de la evacuación fue confirmada por todas las partes involucradas, difieren las versiones sobre cuántos lograron escapar hasta ahora de Alepo.
El Centro de Reconciliación Ruso en Siria, un órgano de Moscú, anunció hoy que todas las mujeres y niños ya fueron evacuados, mientras el gobierno turco lo desmintió y dijo que aún quedan muchos civiles encerrados en la devastada ciudad.
Después de seis meses de asedio del Ejército y sus aliados -milicias apoyadas por Irán y la aviación rusa- y de más de cuatro años de combates, finalmente los rebeldes que resistían dentro de la ciudad de Alepo, la segunda más importante de Siria, habían aceptado una tregua propuesta por Moscú para abandonar la urbe y poner fin a una batalla que ya provocó una de las peores crisis humanitarias del conflicto.
Rusia anunció el acuerdo el martes y dio por terminados los enfrentamientos. Sin embargo, pocas horas después las hostilidades reiniciaron.
Recién ayer a la madrugada, Rusia y Turquía -los dos países encargados de observar la evacuación y la tregua- lograron revivir el acuerdo y los convoyes de civiles, heridos y combatientes opositores comenzaron a partir de la devastada ciudad del norte de Siria.
Distintas estimaciones de organizaciones humanitarias y los gobiernos involucrados calcularon que alrededor de 8.000 personas lograron abandonar la destrucción y el hambre que imperan en Alepo.
Sin embargo, la Cruz Roja Internacional alertó ayer que entre 45.000 y 50.000 personas siguen encerradas adentro. Cifra que el OSDH elevó a entre 50.000 y 70.000 personas, aunque no todos han solicitado abandonar Alepo.
Tras el relativo éxito de la jornada de ayer, los principales protagonistas -además de los rebeldes-, Turquía y Rusia, se sintieron confiados como para dar un paso más y anunciar que están negociando, junto a Irán, un posible proceso de paz para Siria, que podría tener como sede Kazajistán.
Desde Japón, donde realiza una visita oficial, el presidente ruso, Vladimir Putin, anunció que estaba discutiendo con Turquía la instalación de un nuevo diálogo de paz para buscar una resolución pacífica del conflicto en Siria.
Desde que comenzó la guerra civil en Siria más de 250.000 personas murieron y más de la mitad de la población tuvo que abandonar su casa y buscar refugio dentro y fuera del país. Además, hace ya unos años que el conflicto se convirtió en un escenario de enfrentamiento para las principales potencias del mundo.