Los internos que cumplen condena en la Unidad Penal Nº 6 de Rosario se encuentran, desde el pasado martes, realizando una huelga general de actividades, lo que  implica que los cerca de 500 presos alojados allí, no salen a los lugares internos de trabajo, no ingresan comida y no asisten a los espacios educativos (formales e informales).

Según pudo saber Conclusión, lo que disparó el conflicto fue que desde el Servicio Penitenciario limitarán los días de visita de las fiestas de fin de año. Pero, además, en un comunicado emitido por los internos, dónde se señala que esa es la gota que rebasó el vaso, se demandan «mejoras en las condiciones de vida, en especial del suministro de agua». Además, indicaron que es «una protesta acordada en todos los pabellones y por todos los internos, evangélicos o no».

«Estamos cansados de vivir en condiciones inhumanas por cortes de agua potable», manifestaron en el escrito y aseguraron que sólo disponen del servicio limitadas cuatro o cinco horas diarias. Además, detallaron retrasos con los permisos de salidas laborales, condicionales y asistidas, las extensas demoras que padecen las visitas y maltrato por parte del Servicio Penitenciario.

En el comunicado los detenidos denunciaron que el alcaide no sólo no les ha dado ningún tipo de respuestas, sino que los amenazó con «bajarles la conducta y sacarles los trabajos».  Y enfatizaron: «En ningún momento provocamos disturbios, sólo decidimos tomar esta decisión, no uno ni dos pabellones sino todos, los casi 500 internos de los 11 pabellones, porque estamos cansados de tantas promesas y malas condiciones de vida” .

Desde el Ministerio de Seguridad provincial se informó a El Ciudadano que “el inconveniente se suscita por los días de visita” de las fiestas de fin de año porque los internos piden recibir a sus seres queridos cuatro días en vez de dos. Explicaron que “no se les sacan los días de visita los domingos 25 de diciembre y 1ª de enero, sino que se los reemplaza por los sábados 24 y 31 de diciembre”.