MIéRCOLES, 27 DE NOV

Rebeldes sirios niegan retirar armas pesadas tras el acuerdo ruso-turco

Según un acuerdo alcanzado en Sochi (Rusia) entre Moscú y Ankara, los grupos rebeldes y yihadistas de Idlib tenían que retirar su armamento pesado de una franja de 10 a 20 km de ancho para crear una zona desmilitarizada, bajo vigilancia rusa y turca.

El Frente Nacional de Liberación (FNL), alianza de grupos rebeldes de la provincia de Idlib y sus alrededores, en Siria, desmintió este domingo haber retirado sus armas pesadas de la futura zona desmilitarizada prevista en el noroeste sirio en virtud de un acuerdo ruso-turco.

Según un acuerdo alcanzado en Sochi (Rusia) entre Moscú y Ankara, los grupos rebeldes y yihadistas de Idlib tenían que retirar su armamento pesado de una franja de 10 a 20 km de ancho para crear una zona desmilitarizada, bajo vigilancia rusa y turca.

Este acuerdo permite postergar una gran ofensiva del régimen en la provincia, pero su implementación parece compleja. El FNL, una alianza rebelde proturca, celebró el acuerdo pero el domingo dijo que no había comenzado a retirar armas de la zona delimitada.»No se retiraron armas pesadas de ningún área del frente. Lo negamos categóricamente», indicó Naji Mustafa, portavoz del FNL, a la AFP.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) informó antes sobre la retirada de tanques y cañones del grupo Faylaq al Sham, uno de los integrantes del FNL.

Faylaq al Sham cuenta con entre 8.500 y 10.000 combatientes que estaban, aseguró el OSDH, abandonando tres localidades el domingo en la zona delimitada «con armas pesadas, incluidos tanques y cañones».

El OSDH, con sede en Gran Bretaña y que dispone de una vasta red de informantes en Siria, mantuvo su versión de que se retiraron armas, a pesar de los desmentidos. Un portavoz del grupo, Seif al Raad, interrogado por AFP, negó cualquier movimiento de tropas o armas.

«No hay cambios sobre el emplazamiento de las armas o el redespliegue de combatientes», clamó Raad subrayando que su grupo «adhiere al acuerdo concluido en Sochi» entre Moscú y Ankara. El acuerdo ruso-turco, firmado en Sochi (Rusia) el 17 de septiembre, permitió alejar la perspectiva de una ofensiva militar del régimen sirio contra la región de Idlib.

El acuerdo prevé la creación de aquí al 15 de octubre de una «zona desmilitarizada» de 15 a 20 km de ancho, bajo control de Rusia –que apoya al régimen de Damasco– y Turquía –que apoya a algunos grupos rebeldes– en Idlib y algunas zonas de sus alrededores, que constituyen el último reducto de los rebeldes en el país.

Pero su implementación está sujeta a la capacidad – principalmente de Ankara- a hacer aceptar el acuerdo por los diversos grupos rebeldes y yihadistas.

Según los términos del acuerdo de Sochi, todas las armas pesadas de los grupos rebeldes y yihadistas deben salir para mediados de octubre de la futura «zona desmilitarizada».

Pero la mayor parte de la zona delimitada está controlada por grupos yihadistas más radicales o por Hayat al Sham, en donde predominan ex combatientes de Al Qaida en Siria y que es considerado como la fuerza más poderosa en Idlib. El resto está controlado por el FNL y otros grupos rebeldes.

El sábado, un grupo rebelde activo en el norte de la provincia de Hama, Jaish al Ezza, rechazó el acuerdo ruso-turco, siguiendo los pasos de un grupo yihadista vinculado a Al Qaida, Huras al Din. El principal grupo yihadista HTS, que controla casi la mitad de la región de Idlib, no dio a conocer aún su decisión.

 Partes iguales 

Entre los grupos refractarios, Jaish al Ezza considera el acuerdo muy favorable al régimen. «Araña en las zonas liberadas (rebeldes, NDLR) y favorece a Bashar al Asad», el presidente sirio, dijo a la AFP su principal responsable, Jamil al Saleh.

Luego de su rechazo a conformarse al acuerdo se registraron disparos de obuses y de artillería el sábado por la noche entre combatientes del grupo rebelde y facciones yihadistas de un lado y las fuerzas del régimen del otro, en las regiones de Hama y de Latakia.

Según el OSDH las hostilidades continuaban el domingo «en el norte de Hama y en el noreste de Latakia». La provincia de Idlib y las zonas vecinas están desde hace semanas en la mira del régimen, que sumó victorias y controla ahora casi dos tercios del territorio sirio.

La guerra comenzada en 2011 en Siria dejó más de 360.000 muertos y millones de desplazados.

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