El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, anunció este sábado que pedirá al Senado el cese del gobierno catalán de Carles Puigdemont y poder convocar elecciones regionales en 6 meses como mucho, para impedir una secesión unilateral y «recuperar la normalidad».


En una comparecencia ante la prensa en Madrid, Rajoy anunció su intención de conseguir el «cese del presidente de la Generalitat (ejecutivo) de Cataluña, del vicepresidente y de los consejeros que integran el consejo de gobierno», en un Senado en el que su Partido Popular (PP) tiene mayoría absoluta.

«La idea», añadió Rajoy, es que «los ministerios asuman esta responsabilidad a lo largo del plazo que dure esta situación excepcional».

Además, el jefe del gobierno pidió la potestad de disolver el Parlamento catalán, una competencia actualmente en manos de Puigdemont, para «convocar elecciones en un plazo máximo de seis meses». Los últimos comicios fueron en septiembre de 2015 y arrojaron una mayoría secesionista.

«Éste es un proceso que ha sido unilateral, ha sido contrario a la ley, y ha buscado el enfrentamiento», sentenció Rajoy, culpando a los independentistas de la crisis e insistiendo en que el objetivo es «recuperar la normalidad».

Los independentistas respondieron airadamente a las medidas de Rajoy y 450.000 personas, según la policía local, se manifestaron en Barcelona reclamando la secesión.


El Senado deberá a fines de mes aprobar el uso de estas medidas al amparo del artículo 155 de la Constitución -nunca usado de pleno en 40 años de democracia- y tendrá la posibilidad de sugerir cambios al

En ese trámite en el Senado, de una semana aproximadamente, Puigdemont tiene hasta el martes por la tarde para presentar alegaciones.

Mensaje institucional de Puigdemont

El presidente catalán, en el cargo desde enero de 2016, pronunciará un mensaje institucional esta noche a las 21H00 (19H00 GMT) y participó en la manifestación de Barcelona, convocada originalmente para reclamar la puesta en libertad de dos líderes independentistas encarcelados.

Esta semana, Puigdemont había amenazado con una proclamación unilateral de independencia si se aplicaba el artículo 155.

Si el presidente catalán diera el paso de proclamar la independencia unilateralmente, la Fiscalía General del Estado «formularía una querella» por un delito de rebelión, pasible con hasta 30 años de cárcel, advirtió a AFP una fuente de ese organismo.

El vicepresidente catalán, Oriol Junqueras, estimó por su lado que «hoy el PP (y sus aliados) no han suspendido sólo la autonomía. Han suspendido la democracia».

El cese del gobierno catalán y la convocatoria de elecciones son las dos medidas más contundentes del gobierno español en virtud del artículo 155 de la Constitución, que permite a Madrid intervenir el gobierno de una comunidad autónoma.

Es el culmen de cinco años de pulso por las aspiraciones independentistas de las autoridades catalanas, en la peor crisis de la España democrática en 40 años.

Rajoy: «No se suspende la autonomía»

Rajoy dijo que el origen de su decisión está en el referéndum de autodeterminación que el gobierno catalán organizó el 1 de octubre a pesar de su prohibición por la justicia, por inconstitucional.

Para esa consulta, recordó, se aprobaron en la cámara regional dos leyes en las que «se liquidó por mayoría la Constitución» y el Estatuto de Autonomía catalán.

Pese a todas estas medidas, dijo no obstante Rajoy, «no se suspende la autonomía ni el autogobierno de Cataluña». «Se cesa a las personas que han puesto ese autogobierno fuera de la ley», sentenció.


Pero el club de fútbol FC Barcelona no lo entendió así: «hoy, ante la aplicación del artículo 155, debemos reiterar nuestro apoyo a las instituciones democráticas de Cataluña elegidas por sus ciudadanos», dijo su presidente Josep Maria Bartomeu.


El analista Oriol Bartomeus, profesor de ciencias políticas de la Universidad Autónoma de Barcelona, estimó que las medidas «son muy duras» y que con ellas Rajoy pretende «recuperar la agenda», tras haber dejado hasta ahora en manos de la justicia la respuesta a los avances independentistas.


Bartomeu puso por otro lado en duda que los funcionarios catalanes vayan a obedecer: «no hace falta ser independentista para negarse a eso, a ser teledirigido desde los ministerios.
¿Cómo puedes controlar desde Madrid? Me parece extraordinariamente difícil».