El reelecto presidente del gobierno español, el conservador Mariano Rajoy, reiteró hoy que «pactará mucho» con la oposición durante su nuevo mandato, pero también advirtió que debe haber una corresponsabilidad en la gobernabilidad del país.

«Tan malo es no tener un gobierno como tener un gobierno al que no se deje gobernar», afirmó Rajoy al intervenir en la reunión de la Junta Directiva Nacional de su Partido Popular (PP), donde admitió que no tiene los apoyos suficientes para aprobar las leyes y reformas que necesita España.

El dirigente conservador fue reelecto presidente el 29 de octubre gracias al voto afirmativo de los diputados del PP, de los liberales de Ciudadanos y Coalición Canaria, y la histórica abstención de su principal rival, el Partido Socialista (PSOE).

El acuerdo de investidura firmado por Rajoy con el líder de los liberales, Albert Rivera, no incluía su respaldo a los presupuestos de 2017, una cuestión urgente que debe negociar y que para aprobar requerirá también, al menos, la abstención de los socialistas.

Por eso, el dirigente subrayó que “esta legislatura tiene que ser necesariamente de mucho diálogo, de mucho pacto y mucho acuerdo”, aunque insistió en que todas las fuerzas políticas serán responsables del resultado, sin mencionar que la parálisis puede derivar en unas indeseadas terceras elecciones.

Esta situación “nos obliga a todos, al gobierno, al PP, pero también a los demás», remarcó durante su discurso, transmitido en directo por televisión e Internet.

Según aseguró Rajoy, hay que “ser conscientes de que nadie puede imponer su voluntad, como tampoco impedir el ejercicio razonable del gobierno”.

El Jefe del Ejecutivo recordó que afronta su segundo mandato con dos objetivos claves: consolidar la recuperación económica y la creación de empleo y llegar a pactos de Estado sobre temas como educación, pensiones y financiación autonómica.

En ese sentido, instó a la oposición a trabajar mirando al futuro, advirtiendo de las consecuencias negativas que tendría liquidar las reformas que «demostraron ser eficaces» como la laboral, que el PSOE quiere derogar.

El desempleo de España descendió hasta el 18,9% en el tercer trimestre de este año, el nivel más bajo en seis años, aunque sigue siendo el segundo país con el índice más alto de la Unión Europea después de Grecia.

Pese a la recuperación, Bruselas exige a España un ajuste adicional de 5.500 millones de euros para cumplir con el objetivo de déficit del próximo año, fijado en el 3,1% del PIB.

«Hay que gobernar prensando en el medio y largo plazo, si hay que tomar decisiones difíciles hay que hacerlo, porque es lo que beneficia a las personas», argumentó hoy Rajoy, sin aclarar por dónde irá el ajuste.

Desde Ciudadanos, Albert Rivera, le advirtió que los presupuestos del próximo año «son los que tienen que poner fin a los recortes».

«Bruselas no nos pide que recortemos, sino que ajustemos las cuentas», dijo Rivera en declaraciones a TVE.

El dirigente liberal ahondó en el tema señalando que su partido naranja no apoyará las cuentas del gobierno si incluyen un aumento del IRPF (Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas) -equivalente a Ganancias-, sino que exige otras medidas como «reformar el impuesto de sociedades».

Rivera, quien ya designó un equipo para negociar los presupuestos, pidió a Rajoy que intente «seducir» al PSOE proponiendo medidas que los socialistas acordaron con Ciudadanos para el fallido pacto de investidura del ex secretario general Pedro Sánchez y que se sitúan en un terreno común entre las tres fuerzas políticas.

El rey Felipe VI inaugurará el jueves la nueva legislatura en la que el PP estará en minoría, un cambio radical tras haber gobernado desde 2011 con mayoría absoluta.

El Congreso de los Diputados español comenzará finalmente a sesionar con el desafío de llegar a acuerdos, algo que no sucedió en los más de diez meses de parálisis política que se sucedieron tras los comicios de diciembre de 2015, que inauguraron una etapa que dejó atrás el tradicional bipartidismo para dar lugar a un escenario más plural, con la irrupción de los izquierdistas de Podemos y de Ciudadanos.