Este viernes, en el marco del Día de la Seguridad Vial, el edil Jorge Boasso impulsó su proyecto para que en todos los accidentes de tránsito se realicen controles de alcoholemia a los conductores involucrados. El objetivo, principalmente, es dimensionar la influencia del alcohol en la impactante cantidad de choques, con y sin lesionados.

Un ejemplo claro de ello es que en abril de este año se batió el récord de accidentes, con un total de 8.847, de los cuales 771 fueron en cadena. Las zonas de escuelas, clubes y sanatorios encabezaron el ranking de siniestros viales.

alcoholemia

Acorde al proyecto, cuando un examen de alcoholemia dé positivo, los conductores serán pasibles de multas dispuestas en el Código de Faltas de Rosario, conforme la graduación alcohólica detectada.

Según aseguró el propio Boasso, los datos resultan “imprescindibles” para definir los pasos a seguir a la hora de reducir el número de accidentes: “Conocer el porcentaje de los conductores (protagonistas de siniestros) bajo los efectos del alcohol, y también la graduación del mismo, nos permite tener información estadística para debatir sobre los niveles de tolerancias”.

A su vez, destacó que “está demostrado que a mayor número de controles disminuye notablemente el porcentaje de test positivos”, con lo que la propuesta estipula la presencia de más controles en las calles.

Los mismos serán efectuados por la Secretaría General de Control y Convivencia, al momento del arribo al lugar del siniestro, y con la posibilidad en caso de ser necesario de solicitar apoyo de efectivos policiales de la Unidad Regional II.

De igual manera, si existen lesionados, las tareas serán realizadas por personal del Sistema Integral de Emergencias Sanitarias (Sies), debidamente capacitado, y en aquellas circunstancias que así lo permitan.