“Señores, durante siglos, Inglaterra ha usado el proteccionismo, lo ha llevado hasta sus extremos y le ha dado resultado satisfactorios. No hay duda de que a ese sistema debe su actual poderío. Después de esos dos siglos Inglaterra ha creído conveniente adoptar el libre cambio, por considerar que ya la protección no le puede dar nada. Pues bien, señores, mi conocimiento de mi patria me hace creer que dentro de doscientos años, cuando Norteamérica haya obtenido del régimen protector todo cuanto éste pueda darle, adoptará definitivamente el libre cambio”. Ulises S. Grant (ex-presidente de EE.UU.) en una reunión de librecambistas, celebrada en Manchester en 1897.

Por Aldo Battisacco

Transcurrieron 6 meses para que los efectos de algunas medidas adoptadas por el gobierno nacional produzcan consecuencias poco deseadas en la industria argentina. En Santa Fe, el impacto fue preocupante: la industria carrocera, del zapato, el mueble y la metalurgia resultaron ser las más afectadas por la decisión gubernamental de «desregular» la administración del comercio exterior.

A esto se le suma, un nuevo fantasma que emerge a partir de la solicitud del gobierno nacional a la Alianza del Pacífico de instituir al país en la categoría de miembro observador, que ya fue aprobada en la Ciudad de México. Este hecho faculta al presidente Mauricio Macri asistir a la cumbre que el bloque celebrará el 1º de julio en Chile en Puerto Varas. La ratificación llegó del canciller chileno, Heraldo Muñoz, quien manifestó que este evento «tendrá una presencia inédita de al menos dos presidentes». El secretario de Comercio, Miguel Braun, explicó en Washington en febrero que estaba entre los objetivos del gobierno que el país ingrese a este tratado de «libre comercio» multilateral.

El gobierno argentino enfatizó que el país debe “abrirse al mundo”, es decir, remite al reforzamiento de lazos de vinculación comercial y financiera con los centros económicos internacionales del norte: Estados Unidos y la Unión Europea.

Por su lado, el ministro de Producción, Francisco Cabrera, había adelantado que el gobierno “va hacia un sistema de comercio inteligente”, y que el nuevo control de importaciones “resguardaba a sectores estratégicos como textiles, calzados, autopartes, metalmecánico y juguetes cuidando de manera directa 469 mil empleos”, que “favorecerá la competitividad y facilitará el comercio exterior”, en pos de «lograr el objetivo de Pobreza Cero».

Pasados 4 meses de estas afirmaciones, un informe de la Universidad Austral que analiza periódicamente los rubros de producción, consumo y sistema financiero en una de las regiones fuertes de la generación de riqueza del país, estableció que los niveles de producción y consumo cayeron en el primer trimestre de año en la denominada Región Centro, integrada por Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos, tres de las provincias más ricas de la Argentina.

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Luis Contigiani, ministro de Producción y Guillermo Moretti, titular de Fisfe

El dato no es menor. El titular del ministerio de la Producción de Santa Fe, Luis Contigiani, trabaja con intensidad -desde que comenzó a registrarse el primer síntoma en la rama metalúrgica denominada «Línea Blanca»-  en numerosas reuniones con los actores del sector y de otros rubros afectados con dispar intensidad desde que las importaciones irrumpieron en la región con las consecuencias por todos conocidas.

Contigiani, en sucesivos diálogos con este medio advirtió acerca de la «urgente necesidad de dar un tratamiento, del tema» acorde con los acontecimientos que golpean Santa Fe, a las autoridades nacionales.

En ese sentido, desde la Fisfe reveló  que –en promedio– la Argentina exporta a 600 dólares la tonelada e importa a 2.000 dólares.

Este jueves, el presidente de la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe),  Guillermo Moretti, y Contigiani rubricaron una nota, que fue enviada al secretario de Industria de la Nación, Martín Etchegoyen, en la que solicitan una audiencia y ofrecen una clara propuesta junto a una serie de medidas vinculadas al ingreso de las importaciones.

La misiva también hace hincapié de que existe “un contexto de caída de la demanda y de la producción”, que “genera preocupación tanto al gobierno de la provincia como a industriales”, y menciona a los sectores afectados.

Pero esto no quedó allí. Fueron más a fondo y le requirieron al funcionario nacional que explicite “los principales lineamientos de la nueva política comercial externa de nuestro país, especialmente en cuanto al tratamiento de las importaciones”.

Otros puntos abordados por el documento aluden a normas técnicas, aduana, financiación, tratamiento tributario y política industrial. Específicamente, solicitan “intervención de las cámaras industriales en el proceso de verificación aduanera” y el “control de etiquetados de los productos importados”.

Sobre el tema demandaron “evitar el ingreso de mercadería importada a precios de dumping (subsidios de productos en los países de origen)” y verificar “el ingreso de productos del exterior con cámaras industriales a nivel local, con el fin de establecer una alerta temprana”.

Guillermo Moretti, aclaró que las medidas propuestas “no son cosas raras” sino regulaciones que “ya se hacen en el mundo”.

El anticipo había surgido de parte del mismo Mauricio Macri, a fines de diciembre cuando advirtió a los industriales que, “en caso de que no veamos un acompañamiento, entonces recurriremos a abrir las importaciones para traer una oferta adicional que corrija el problema de los precios”.

Los empresarios se expresaron preocupados por las palabras del presidente porque el gobierno mantenía firme la idea de la importación como aliada en la lucha contra la inflación. Pero también advirtieron en esa oportunidad de los peligros que acarreaba la medida. La inflación no cedió, y los resultados evidencian que la razón no está del lado del gobierno.

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Recientemente, el acto que protagonizó el Movimiento Sindical Rosario, bajo las consignas de “Defensa del Trabajo y la Producción Nacional», contó con una multitudinaria adhesión de la ciudadanía y reivindicó puntos propios del sector como «decir basta a los tarifazos, la precarización, los despidos y a la represión“, pero también incluyó -con especial énfasis-  “luchar para que no cierren los pequeños y medianos industriales, y decirle basta al saqueo de las multinacionales y la apertura de las importaciones». Y denunciaron que las medidas del gobierno «macrista ha perjudicado a la producción nacional».

La Semana Social, convocada por la Comisión Episcopal de la Pastoral, encontró al obispo Jorge Lozano haciendo referencia a las suspensiones, despidos y la «situación de precarización laboral en que están inmersos buena parte de los trabajadores».

Hace un mes, amplia repercusión generó la opinión del gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz, quien advirtió en un Congreso vinculado al mundo del trabajo que se celebró en el gremio de Luz y Fuerza que “es un momento distinto de la Argentina en el que se vislumbra que vuelve a circular en la agenda de la política y de la economía viejos discursos como el de los noventa, quizá remozado o esbozado de otra manera, pero en definitiva se vuelve a reforzar la dicotomía de un proyecto de fuerte contenido social con la participación activa del estado o un proyecto recostado en el desarrollo del mercado, con las expectativas de que las inversiones dentro del capitalismo produzca riqueza y eso derrame sobre el conjunto de la sociedad pero ya quedó demostrado sus limitaciones y su fracaso es probable que hoy la estemos viviendo”.

Este viernes, el gobernador Lifschitz, participó de la cena por el 50º aniversario de la Cámara de Industriales Metalúrgicos de Rafaela, y dijo que «con la expectativa de que haya una reactivación del mercado interno, de la económica en general, y que permita que la actividad industrial se recupere”.

Por estas horas, la sintonía entre provincia, industria y movimiento obrero, como también de otros sectores de la comunidad, es total. El trabajo encarado por la Multisectorial en pos de confrontar «con las políticas de los 90», el ministerio de la Producción, los industriales y el Movimiento Sindical Rosario resultó uno de los ejes más fuerte del consenso para organizar la defensa de los puestos de trabajo exigiéndole al gobierno nacional que explique que modelo de país quiere para los argentinos.

 

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