El concejal Jorge Boasso se unió al pedido de la edila Fernanda Gigliani de solicitar informes y detalles a partir de la explosión suscitada el lunes pasado en el laboratorio Apolo de calle Alem al 1900, ya que habla de una posible corresponsabilidad municipal.

“Hay denuncias sobre permisos vencidos en 2011, clausuras a finales de 2015 y hasta el dato de que se encuentra en quiebra. Por ello pedimos a la Intendencia nos remita información urgente sobre el historial del laboratorio y aclare si tenía o tiene vínculos como proveedor del municipio”, señaló el concejal Boasso.

A raíz de la explosión en el laboratorio de la zona sur de la ciudad, el edil radical presentó un minucioso pedido de informes al Ejecutivo para conocer sobre el funcionamiento del laboratorio denominado “Apolo S.A.” de calle Alem 2967.

En el mismo se exige aclarar sobre el estado de habilitación y su actividad, la que se encuadra en un “uso no admitido” por el Código Urbano en dicho sector de Rosario.

Además, el legislador local pide detalles de las inspecciones realizadas por parte de la Municipalidad de Rosario, desde su habilitación hasta la fecha del siniestro, incluyendo los resultados de las mismas.

Poca claridad

“Hay denuncias sobre permisos vencidos en diciembre de 2011, clausuras a finales de 2015 y hasta el dato de que el laboratorio se encontraba en quiebra. Queremos ser muy cuidadosos al momento de sacar conclusiones, es por ello que pedimos a la intendencia nos remita información urgente sobre el historial del laboratorio y si el mismo tenía o tiene en la actualidad vínculos como proveedor del municipio”, precisó Boasso.

Boasso alertó sobre que “de resultar verídica la denuncia sobre la situación irregular del laboratorio, la Municipalidad de Rosario sería responsable solidario por los daños ocasionados como consecuencia del incendio. Todo esto de comprobarse que el mismo se encontraba en pleno funcionamiento, y proveyendo de mercadería al propio municipio, con habilitación vencida desde el año 2011”.

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