“…Acaso por eso, Macri no solo planteo que quería “el 1% del patrimonio” de cada empresario grande que visitó. En reuniones con hasta 25 interlocutores llegó a decir otra frase explosiva “En blanco nada”.
Hugo Alconada Mon en «La Raíz de Todos los Males».

Hace unos años, un empresario ya fallecido, me explicaba el procedimiento que aplicaba para el “financiamiento de la política”. Él tenía un equipo especial en la empresa que, en general, trabajaba en otro domicilio, para negociar con el probable ganador y el probable“segundo” o primer opositor y hasta con algunas minorías. Ese equipo no solo estaba integrado por “lobbystas” sino por personas que influían en la formación de opinión.

«El lobbysta apunta más bien – me decía este empresario – para influenciar en la designación de funcionarios, promover resoluciones, facilitar reuniones, acelerar pagos y hacer valer nuestro poder de veto».

Vale la pena releer las páginas 300 y 301 de “Macri Confidencial”, en las que Ignacio Zuleta explica el veto de los laboratorios que sufrió el doctor Rubén Torres para asumir como ministro de Salud de la Nación por su posición a favor de los genéricos.

Cuestión de negocios, nada referido al bien común.

En ese sentido, el mencionado empresario me explicaba que el financiamiento tiene tres aristas:

– La cuestión electoral en sí, “la campaña”, propaganda, pintura de paredes en especial en las zonas más pobres: es una tarea de 24 por 24. Me aclaraba que, no sólo consiste en la pintura propia sino en borrar la contraria, negociar paredes y calles, afiches, asesores de imagen, asesores de opinión, encuestadores que presenten las encuestas reales y otra diferente para la prensa. Recuerdo que Jorge Giacobbe alguna vez habló de esta tema en un programa de TV que la vez pasada volví a ver en Youtoube. Tal como vemos la cosa no es sencilla, no es solo la de repartir algunos miles…

– La producción de programas periodísticos con una determinada orientación.

– Última, no por ello menos importante,  la de incidir para tener funcionarios “amigos” de peso en el Ejecutivo y el Legislativo. Debo aclarar que el empresario nunca me hizo mención al Poder Judicial, quizás porque esta charla ocurrió hace ya unos cuantos años…

Una de la últimas veces que hablé con él, me ratificó: «Ud. Luis no sabe, los negocios son política y la política son negocios” -parecía que estuviera parafraseando a Friedrich Hegel– «lo demás…. ¿Ud. cree que las cosas cambiarán…?» Él mismo me respondió: «La cosa es así …y lo seguirá siendo.»

Viene a cuento esta narración con el fragmento que introduce esta nota, tomada del libro de Hugo Alconada Mon para ver que “la cosa es asi….y lo seguirá siendo”.

El financiamiento parecería ser uno de los “fundamentals” de la política. Si partimos de la base que una campaña para llegar a Presidente de la Nacion requiere una suma de US$ 100 millones, estimo que esa suma medida en pesos debería ser algo menor, devaluación mediante, lo cierto es que parecería que estamos encerrados en un círculo vicioso infranqueable que atrapa a todos sin distinción.

La coalición electoral Cambiemos, comandada por Mauricio Macri, “el Calabrés”, en cuanto al financiamiento electoral, suena a “macripardismo”ya que damos plena fe de lo que cuenta Alconada Mon en su libro y que sirve de copete a esta nota. Este hecho ya nos hace dudar de su tan reiterada transparencia.

Sé que este tema es una cuestión muy difícil de resolver ya que habría que limitar el financiamiento exclusivamente a los afiliados de los partidos políticos cuyos aportes deberían estar absolutamente bancarizados y que presenten declaraciones juradas del Impuesto a las Ganancias.

En mi opinión, deben prohibirse los aportes de sociedades comerciales, civiles y cooperativas.

Pienso que las campañas electorales deben ser financiadas por el estado y los gastos respectivos deben ser acreditados en tiempo real. El partido o coalición de partidos que no pueda justificar el 75% de sus gastos a la fecha de las elecciones, deberá ser excluido del proceso electoral y en su caso sus candidatos inhabilitados por un plazo que duplique la duración del respetivo mandato.

No es una cuestión sencilla pero parafraseando el libro de Alconada Mon, la financiación de la política es la raíz de la corrupción.