En la jornada de este lunes comenzó el juicio por el asesinato del ex líder de la barra de Newell’s, Roberto “Pimpi” Caminos, para determinar si el instigador del crimen fue se sucesor Diego “Panadero” Ochoa.

El fiscal Luis Schiappa Pietra considera que cuenta con las pruebas suficientes para tal acusación por lo que solicitó la pena de 17 años de prisión, en tanto la defensa de Ochoa planteó que no hay pruebas nuevas y que solo se trata de una reedición del juicio anterior donde no sólo fueron condenados los autores materiales del homicidio sino que la misma resolución estableció que el móvil del crimen fue personal.

En la audiencia de este lunes fue acusado formalmente como instigador del asesinato del ex líder de la barra leprosa ocurrido el 10 de marzo de 2010 frente al bar Ezeiza, ubicado en Zeballos y Servando Bayo.

La audiencia fue presidida por el tribunal conformado por los jueces Edgardo Fertitta como presidente, Marisol Usandizaga y Julio Kesuani.

En su alegato de apertura, el fiscal Schiappa Pietra dijo que Ochoa era el principal interesado en que Caminos desaparezca con el único fin de preservar su liderazgo en la barra leprosa y para ello se valió del trabajo de otras personas, subordinadas a él, que conseguían “beneficios económicos y  subjetivos” al interior de la barra.

El fiscal dijo que durante el juicio demostrará no sólo que el acusado instigó el crimen de Caminos sino que además ordenó “limpiar simpatizantes” de la órbita del Pimpi. En este sentido, desplegó un organigrama encabezado por Panadero Ochoa de donde se desprenden tres hechos violentos, entre ellos el homicidio del Pimpi (por el que fueron condenados Carlos Betito Godoy, René Ungaro y Emanuel Ema Suárez); el atentado a Matías Pera (por el que fue condenado Jonatan Cachorra Creciente en tanto Ochoa fue sobreseído) y el atentado y posterior homicidio de Maximiliano Quemadito Rodríguez (cuatro personas fueron condenadas, en tanto Ochoa fue sobreseído en primera instancia, fallo que revocó la Cámara de Apelaciones y pidió que se continúe investigando, por lo que ni siquiera aún está procesado en esa causa).

Además, Schiappa Pietra remarcó que “vamos a demostrar en este juicio, que otros actos violentos que se cometían en el interior de la barra de Newell’s, no eran cometidos por la mano propia de Ochoa, sino por otras personas que luego reportaban a él”, y agregó que “todo aquel que en algún período disputó el liderazgo a Ochoa, terminó mal”.

El fiscal reconoció que en el juicio por el homicidio de Caminos, en diciembre de 2011, Ochoa participó como testigo de la Fiscalía pero en febrero de 2013, tras la investigación del crimen de Maximiliano “Quemadito” Rodríguez, se obtuvieron nuevas pruebas que derivaron en la detención del Ocho en el marco de esta causa.

En este juicio se juzga la conducta de un instigador, refirió el fiscal, por lo que solicitó una pena de 17 años de prisión, por ordenar a Betito la muerte de Caminos.

Por su parte, Ignacio Carbone, defensor de Ochoa rechazó la acusación del fiscal e hizo hincapié en que se está ante un hecho que ya fue juzgado y tildó de “revisión deplorable de otro juicio”. Además remarcó que el 85 por ciento de la prueba presentada por la Fiscalía es la misma que fue utilizada en el juicio anterior, por la muerte de Caminos, donde se obtuvieron tres condenas.

En ese sentido, resaltó que además de probar la autoría material del crimen, se demostró que el móvil del crimen fue un enfrentamiento de vieja data que mantenía la víctima con la familia Ungaro. Con lo cual quedó probado, según Carbone, que los condenados tenían un móvil propio para terminar con la vida de Caminos.