MIéRCOLES, 27 DE NOV

¿Perros peligrosos o dueños peligrosos?

Desde hace tiempo legislar sobre el comportamiento animal viene siendo un tema de análisis y debate en la ciudad. Posturas a favor y en contra en la mirada de los especialistas. ¿Razas peligrosas o personas irresponsables?

 

Por Jennifer Hartkopf

La tenencia, cría, adiestramiento y circulación de perros de razas potencialmente peligrosas será objeto de debate en la Legislatura de Santa Fe, a partir de un proyecto presentado por el diputado provincial y ex vicegobernador Jorge Henn.

La iniciativa, que es acompañada por los ediles radicales Edgardo Martino, Victoria Tejeda y Estela Maris Yaccuzzi, tiene como objetivo “proteger y aumentar la seguridad de las personas en general, a partir de la creación de un Registro de Propietarios de Perros de Razas Potencialmente Peligrosas”.

Ahora bien, ¿es correcto hablar de perros potencialmente peligrosos?

No podemos hablar de población canina peligrosa, tenemos que hablar de individuos y los individuos tienen problemas de conducta. Hay individuos peligrosos”, corrigió Verónica López Nordio, representante de Protectora Rosario, en diálogo con Conclusión y amplió: “Independientemente de la raza, el carácter del animal responde un 30% a la genética y un 70% al ambiente, es decir, el 70% se refiere a la educación que el humano va a proporcionar al perro, la relación que va a desarrollar con él”.

En ese sentido, López Nordio señaló que si bien celebran la iniciativa de Jorge Henn ya que “de una buena vez por todas se puso el tema sobre la mesa y pudimos mantener una reunión muy grata donde expresamos lo que pensábamos -desde la Protectora Rosario- y él se mostró muy receptivo”, aclaró que con ciertas cuestiones no está de acuerdo: “Hablan de perros potencialmente peligrosos (PPP) por la potencia de mandíbulas y por poseer un porte considerable; lo ven desde ese punto de vista y no desde uno biologisista. Las leyes generadas desde el punto de vista del tamaño del perro han fracasado en el mundo”, dijo contundente.

A modo de alternativa, desde la Protectora Rosario consideran que hay que trabajar en un proyecto “esencialmente educativo” que debe estar dirigido a la secretaría de Producción con una Oficina Técnica Veterinaria que funcione con un órgano de contralor y un órgano de registro.

Hay que trabajar en un proyecto de educación basado en la tenencia responsable que se enseñe desde las escuelas, desde el Ministerio de Educación, y que se cree la Oficina Técnica Veterinaria, y un Registro de Criadores que funcione, entonces de acá a diez años vamos a poder tener una idea de los ejemplares que están en la calle con un registro de los dueños”, explicó a Conclusión la especialista.

Según desarrolló López Nordio, la tenencia responsable significa no sólo asesorarse sobre el plan vacunal de la mascota, así como de los cuidados generales, la alimentación y la crianza del animal, sino también informarse sobre lo que es la conducta normal de la especie para una relación de convivencia agradable para ambos. “Las prohibiciones no sirven. Lo conductual lo hace el ambiente”, expresó y cerró: “La solución no está en prohibir la reproducción o venta de ciertas y determinadas razas, sino el crear conciencia en la población para no fomentar conductas de agresividad en estos animales”.

Por su parte, Jaime Amigo, criador de la raza Rottweiler en Chile, coincide con Verónica López Nordio al manifestar en un escrito que “se ha intentado identificar de forma concluyente las razas o tipos de perros más peligrosos, no obteniéndose resultados concluyentes en ningún caso”.

“No existen razas claramente peligrosas, la agresividad es una característica principalmente individual, con un cierto grado de influencia genética, pero con una importancia mucho mayor de la educación y socialización. La raza no es un factor que nos permita predecir con un mínimo de garantías esta conducta, al igual que sucede con las características físicas, que han intentado recoger en determinadas normativas. Cualquier animal con un tamaño y peso suficiente podría resultar conflictivo”, complementó.

Finalmente, Amigo destacó que “el perro es un depredador con características que lo han hecho útil para el ser humano desde hace siglos: cumple misiones en la caza, rescate y salvamento, funciona como guardián, auxiliar de discapacitados, en terapias de enfermos y obviamente, tiene un invaluable valor como animal de compañía” y en seguida profundizó: “Cierto grado de agresividad es un rasgo normal en el comportamiento de un perro. Pero este comportamiento es un mecanismo de defensa al ser amenazado su territorio, su comida o su pareja. Si esta conducta se vuelve excesiva o incontrolada, es cuando el animal podrá resultar peligroso”.

“Su animal es un ser vivo y como tal tiene sentimientos y pautas de conducta propias de la especie a la que pertenece, sólo conociendo y respetándolas usted logrará una convivencia armoniosa y agradable con él”, concluyó.

No obstante, hay también quienes piensan que el término PPP es apropiado para determinados caninos. Así, desde el Instituto Municipal de Sanidad Animal (Imusa) consideran que «son razas que no conviene tener como mascotas en las casas porque pueden causar accidentes graves. En caso de tenerlos, hay que esterilizarlos al poco tiempo y estar al día con las vacunas».

Los perros que, por normativa local, sus dueños deben inscribirlos en el Registro y colocarles un microchip en forma subcutánea son: Pitbull, Tosa Inu, Dogo de Burdeos, Presa Canario, Bull Terrier, Akita Inu, Mastin Napolitano, Fila Brasilero, Dogo Argentino, Cane Corso, Bull Mastiff, Staffordshire Terrier, Rottweiler, Doberman, Gran Perro Japonés y Ovejero Alemán.

Entonces, ¿perros potencialmente peligrosos o dueños peligrosos?

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