El Senado de Estados Unidos avaló hoy que se llamen testigos en el juicio político a Donald Trump, tras filtrarse la información que el expresidente no quiso frenar a sus seguidores una vez iniciado el asalto al Capitolio, por lo que se retrasa el veredicto que se encamina igualmente hacia la absolución.

Los legisladores votaron 55 a favor y 45 en contra al pedido hecho por la parte acusadora, que adelantó que piensa llamar a declarar a la republicana Jaime Herrera Beutler, la responsable de revelar una conversación entre Trump y el líder del partido en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy.

De acuerdo al diálogo, reproducido por la cadena CNN, durante el ataque al Capitolio del 6 de enero que dejó cinco muertos, el exmandatario rechazó una petición formulada por McCarthy para ordenar a sus simpatizantes que suspendieran el asalto.

«Bueno, Kevin, creo que esta gente está más molesta que tú por las elecciones», respondió Trump al pedido, pese a que McCarthy le indicó que sus seguidores estaban entrando hasta por las ventanas.

«Queremos tener la oportunidad de acceder a su testimonio (el de Herrera Beutler) a través de (la plataforma de videollamadas) Zoom durante menos de una hora o de citar también otros documentos relevantes», indicó el líder de los «fiscales» demócratas, Jamie Raskin.

Raskin señaló que también quieren tener acceso a las comunicaciones de la legisladora con McCarthy, y las notas que tomó sobre una conversación entre Trump y el líder republicano en la Cámara de Representantes durante el asalto al Capitolio.

El llamado a testigos retrasa el veredicto, ya que ahora deberán escucharse las declaraciones y luego será el turno de la parte acusadora y la defensa de exponer sus argumentos finales.

Pese a esto, una certeza es que será el juicio político más corto de la historia de Estados Unidos: el primero contra Trump, el único mandatario en ser juzgado dos veces, duró 21 días; el que tuvo como acusado a Bill Clinton duró 37 días; y el que se realizó contra Andrew Johnson duró 83 días.

Es que en lo único que coinciden demócratas y republicanos es el deseo que el proceso sea rápido: el oficialismo para que el Senado pueda centrar su tiempo en aprobar la ayuda para mitigar los efectos económicos del coronavirus y la oposición para poder pasar página.

Los demócratas deben convencer a 17 senadores republicanos de que Trump es culpable del cargo de «incitación a la insurrección» si quieren reunir la mayoría necesaria para condenarlo.

Esto que parecía improbable pasó a casi imposible tras conocerse que el líder de la minoría republicana del Senado, Mitch McConnell, votará a favor de la absolución.

«El juicio político es un proceso para destituir y por ende hay una falta de jurisdicción en este sentido», dijo el dirigente en una carta a sus correligionarios citada por medios, en la que afirmó que fue una decisión «difícil».

Los abogados defensores concluyeron ayer sus argumentos en solo tres horas, acusando a los demócratas de perseguir a al exmandatario.

Bruce Castor, uno de los letrados, sostuvo que el objetivo de la acusación es «anular a los 75 millones de votantes de Trump y penalizar puntos de vista políticos».

Michael van der Veen, también miembro del equipo legal, calificó la acusación como inconstitucional y de «acto de venganza política».

Previamente, en su momento de exponer los argumentos, los legisladores demócratas mostraron grabaciones, muchas de las cuales nunca antes se habían visto, que incluyeron el momento en que la turba irrumpía en el edificio, legisladores angustiados recibiendo ayuda de los guardias de seguridad, manifestantes participando en un combate cuerpo a cuerpo con la policía y el audio de los oficiales de policía del Capitolio pidiendo apoyo.

En la Casa Blanca, el presidente Joe Biden dijo el jueves que algunos legisladores republicanos «pueden haber cambiado de opinión» sobre la responsabilidad de su predecesor tras ver esos videos.

«Estoy ansioso de ver qué harán mis amigos republicanos, a ver si se levantan», expresó ayer, en otro escueto comentario sobre lo que está ocurriendo en el Congreso.