Este jueves se cumple la segunda jornada del paro de los municipales en Santa Fe, en medio de distintas movilizaciones y negociaciones paritarias en la provincia. La escena, hoy en Rosario, se repite a la de ayer con una peatonal sin feriantes y colmada de policías. La diferencia está en las plazas céntricas, donde los vendedores decidieron apostarse.

Conclusión deambuló por la calle Córdoba y pudo comprobar que la misma, a diferencia de lo que habitualmente sucede cuando hay paro de los empleados municipales, no está ocupada por ningún vendedor ambulante. Los mismos, en cambio, decidieron trasladarse a algunas plazas céntricas.

Por ejemplo, la plaza Pringles, enclavada en Córdoba entre Roca y Paraguay, y la plaza Montenegro, donde se ubica el Centro Cultural Fontanarrosa, se encuentran atestadas de feriantes. En la peatonal, en cambio, los protagonistas son los policías.

El operativo policial consta de 150 efectivos abocados a resguardar las principales calles del centro rosarino. Según pudo saber este diario, la peatonal cuenta con diez o doce agentes por cuadra, desde Paraguay hasta Maipú, incluyendo peatonal San Martín.

En este contexto, los trabajadores municipales -tras el masivo acto de ayer frente al Palacio Municipal- aguardan expectantes un llamado oficial para las negociaciones paritarias, que seguramente coincidirá al realizado a los estatales, docentes y médicos.

Beto Riba, secretario general del sindicato de vendedores ambulantes, dijo a Conclusión que “esta mañana escuchamos que el secretario de gobierno, Gustavo Leone, pedía que desalojen las plazas. Nosotros queremos llegar a un diálogo, pero nunca nos llamaron. Estamos dispuestos a juntarnos con las autoridades para alcanzar un acuerdo”.

“Nos sentimos acorralados, como a las ovejas que van empujando contra el tejido. En algún momento esas ovejas van a morder. Y si eso pasa, no somos responsables, porque no nos vamos a quedar con los brazos cruzados”, amenazó Riba.

Al mismo tiempo, Alberto Grinberg, asesor legal del sindicato en cuestión, enfatizó que «tanto el derecho a parar como el derecho a trabajar son constitucionales y no se los puede incumplir».