Pablo García Aliverti, el hijo del periodista Eduardo Aliverti, afirmó que «no es un asesino», tras ser condenado a cuatro años de prisión por atropellar y matar a un hombre al que llevó incrustrado en el parabrisas de su auto durante 17 kilómetros por la Panamericana.

«Yo no soy un asesino, no salí con una pistola a matar a nadie, sino que fue algo que pasó», dijo el condenado tras escuchar la sentencia que el Tribunal Oral N° 6 de San Isidro dictó este viernes.

García Aliverti atropelló y mató al vigilador privado Reinaldo Rodas, cuando manejaba su auto por la Panamericana en la madrugada del 16 de febrero de 2013.

En el fallo condenatorio por el delito de homicidio culposo agravado, los jueces Emilio Elías Romualdi, Roberto Alejandro De Cilis, y Walter Rubén Quadrantiy, le prohíben también a García Aliverti conducir por ocho años, aunque mantendrá su libertad hasta que la sentencia quede firme.

El condenado dijo con respecto al proceso que, «siempre» se puso a disposición de la Justicia y que cumplió con todos los pasos del procedimiento judicial.

En tanto, Rodrigo Rodas, el hijo de la víctima, dijo que el acusado jamás le pidió disculpas a la familia ni se mostró arrepentido por lo que hizo, mientras que un hermano de Rodas consideró «pésimo para la familia y para la sociedad» el fallo dictado este viernes.

El joven de 18 años, hijo de la víctima, estuvo presente durante la lectura del fallo en el que los jueces condenaron a García Aliverti y tras salir del tribunal se mostró enojado con el monto de la pena: «Por matar a una persona le dieron cuatro años, no creo que cuatro años valga una vida. No entiendo cómo nunca nadie hace nada y nadie se hace responsable por lo que hace».

«Es un soberbio, no entiendo cómo puede estar tan tranquilo luego de matar a una persona. El nunca aceptó que mató a mi papá. Piensa que él no tuvo la culpa de nada y dijo que mi papá se tiró al auto», agregó Rodas en declaraciones al canal de noticias C5N.

Tras el fallo, García Aliverti, en una entrevista telefónica con el diario La Nación, contestó que intentó contactarse en más de una ocasión con este hombre, pero no hubo respuesta del otro lado. «Siempre tuve la actitud e intenté acercarme pero no quisieron», agregó.

Según él, con Catalina Ramírez, la viuda del vigilador, tiene una relación «cordial y un trato cotidiano, hablamos una vez cada dos semanas. He ido una vez a Pilar a verla y tomamos algo. Es una señora muy católica y entiende la situación un poco más por el lado del amor y de seguir adelante».

«Ella tiene sus necesidades en cuanto al pedido de Justicia, pero también hay una parte humana a la que algunas personas están abiertas y otras no», agregó García Aliverti.

Y continuó, «¿de qué sirve el perdón cuando se perdió una vida? Es una formalidad que no va al fondo de cómo están las cosas. Y yo con Catalina pude llegar a una conversación más intensa respecto a lo que pasó. Uno dice: Perdón cuando se empuja sin querer con alguien en la calle. Considero que en un caso como este es necesario algo más profundo».

«Nosotros charlamos, nos conocimos y ella entiende que fue un accidente y yo no soy un asesino, que no salí con una istola a matar a nadie, sino que fue algo que pasó», indicó el condenado.

Sobre el final de la conversación, García Aliverti manifestó: «Yo tengo claro lo que quiere ella, porque perdió una vida. Yo entiendo ese dolor. Me ve a mí como el culpable de esa muerte».