Por Aldo Battisacco desde Buenos Aires (Enviado especial)

Si bien la Alianza Cambiemos y sus aliados avanzaron en el tratamiento en comisiones con la iniciativa de instrumentar la boleta única electrónica (BUE), que implica una reforma a la ley electoral de cara a las elecciones de 2017, mientras se dio el debate hubo voces disonantes con este proyecto que fundaron la negativa en acompañarlo. Hubo quienes dijeron que «el sistema propuesto no aporta seguridad a los resultados del acto comicial». Los técnicos asegurean que la boleta lleva un chip que puede ser manipulado con un simple smartphone. El Frente para la Victoria y la izquierda insistieron por segunda vez en desestimar la aprobación de el nuevo sistema de votación. Al término de la reunión de la Comisión que trata el tema Conclusión habló con la legisladora Silvina Frana, quien  ratificó y amplió las razones por las cuales se manifestaron en contra de la firma del despacho rubricado por otras fuerzas políticas.

Las objeciones interpuestas por la diputada Silvina Frana a los legisladores que participaron de una debate acotado hicieron ruido acerca de la fiabilidad del sistema.

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Diputada nacional Silvina Frana

—¿Por qué cree usted que existe una necesidad del oficialismo de modificar el sistema de electoral para las elecciones del año próximo?

—Prefiero no hacer interpretaciones fuera de lo que se ve hasta ahora, creo que necesitan decir que hay una modernidad, quiero pensar que hay una iniciativa de traer al juego de la política el interés de alguna empresa. Nadie respondió en la comisión el porque tenemos tanta urgencia de disponer 300 millones de dólares en modificar el sistema electoral.

—¿Por qué lo dice?

—Porque en el mundo los países de mayor índice de desarrollo humano no utilizan un sistema electrónico usan boletas, con distintas modalidades, con sistemas más modernos. Por eso llama la atención que un diputado que hablé de Brasil, en abierta contradicciòn con la realidad de lo que sucedió cuando como Congreso no aceptó defender la democracia con el caso Dilma.

—¿De ser así, no se estaría burlando además la voluntad popular?

—Este sistema no forma parte de las prioridades de la agenda de la población, porque cuando se nos propuso esta modificación no hubo un debate serio.

—¿Pero en un momento de su exposición diputada se le imputó al Frente para la Victoria no presentar modificaciones al proyecto presentado?

—Sucede que no se hicieron porque esperábamos algunas respuestas al conjunto de observaciones que especialistas informáticos hicieron sobre el proyecto en la discusión de la última reunión de comisión, en la que hubo un diputado oficialista que aseguró que la boleta no tenía chip. Sin embargo, en esa ocasión uno de los técnicos nos mostró un teléfono que salía 2000 pesos con el que demostró que se podía ver por quien se votaba, en función del color que aparecía en la pantalla y resultó que a pesar de la negativa del diputado oficialista, finalmente la boleta llevará incorporado un chip.

—¿Ante esta evidencia cuál fue la respuesta de Cambiemos?

—No hubo respuesta a ninguna de las observaciones que formularon los especialistas informáticos. Esto lo recordamos hoy y tampoco hubo respuesta, hicieron oìdos sordos. Se dijo que este sistema consta de dos partes principales, una máquina de emisión de voto y una boleta única electrónica. La boleta es una lámina de papel grueso con la propiedad de ser impresa térmicamente y que contiene un chip con tecnología RFID, o sea claramente se contradice con lo que en su momento dijo el diputado de la Alianza Cambiemos, esto demuestra que el chip puede ser leído por terceros, la impresión térmica posee una viga media corta anulando auditorias o futuras revisiones, el software de la máquina impresora puede ser accedido por terceros de manera local, pudiendo impedir su normal funcionamiento para anular o modificar votos, además se puede conectar un aparato de transmisión remoto de datos, por lo tanto las condiciones del voto secreto, seguro y transparente e igualitario no se cumplen, el sistema es vulnerable y no es fiable, porque el sistema software y hardware poseen código cerrado y no libre y por lo tanto no es transparente”.

—¿Qué le respondieron a todas estas objeciones interpuestas?

—Nada. Pero además hay que agregar que quienes sean capacitados harán un gran esfuerzo  para operar el sistema tendrán que hacer un esfuerzo porque la complejidad demanda tener conocimientos técnicos avanzados. Esto impone pensar que es difícil afirmar que el sistema sea igualitario. Pero en ningún momento desde el oficialismo colaborò para dirimir todas estas dudas.

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Congreso de la Nación

—¿Se habló en algún momento que el sistema aportaba agilidad, es cierto esto?

—Dijeron que en dos horas estarían los resultados, pero eso no es un aval al sistema democrático, constitucionalmente sólido, un ejemplo fue la elección de Santa Fe del año 95, que se realizó con boleta papel, como hubo una diferencia mínima entre el candidato ganador y el segundo, este último solicito que se abran todas las urnas para un recuento de votos, luego de 40 dìas el resultado fue otro y así el gobernador de la provincia fue el supuesto segundo. Es decir la celeridad no reporto ningún beneficio institucional a Santa Fe.

—¿Puede decirme si encontró además de todo lo dicho, otro elemento que no beneficie a los electores?

—Tendrían que explicarle a la población porque el nuevo sistema implica gastar 300 millones de dólares, si no existe otro alternativo porque con el tradicional solo se gasta 26 millones de dólares. O porque cambiar cuando en Santa Fe el sistema de boleta única costó tres veces menos si se l mide proporcionalmente con lo que se gasto en Buenos Aires. Realmente no aparece cual es la ventaja de hacer semejante inversión.

—¿El estado puede dar garantías de que todos estos elementos pueden ser fiscalizados? 

—Se dijo que se terminó el problema de las boletas, porque el Estado dejó de ser un espectador y pasó a ser garante porque se terminó la privatización de las boletas. Lamentablemente el Estado no puede ser garante porque tanto el software como el hardware, lo aporta una empresa privada. Lo cierto es que le sistema no aporta ninguna certeza sobre su fiabilidad».

Tratamiento y controversia

El Ministerio de Modernización de la Nación, cuyo titular es Andrés Ibarra, será el encargado de la implementación del nuevo sistema de votación en las elecciones legislativas de 2017. Espera que se apruebe la ley antes de mediados de octubre

La propuesta del oficialismo logró dictamen de mayoría en una reunión de la que participaron las comisiones de Asuntos Constitucionales, Justicia y Presupuesto, pero aún no tiene fecha para ser tratada en el recinto.

De los cambios que propone la reforma de la ley electoral que quiere Mauricio Macri, el más polémico refiere al método de votación, porque la emisión del sufragio la hará una máquina de votación con una pantalla donde se podrá elegir un candidato; la máquina imprimirá un boleta de cartón con un chip,  el voto tendrá validez una vez que se deposite en la urna. Técnicos argentinos reconocieron que el sistema es inseguro.