Donald Trump, el presidente republicano recién elegido, ha dirigido uno de sus primeros mensajes a los cristianos norteamericanos, el principal grupo religioso de Estados Unidos y también el más abandonado por las políticas de Barack Obama, fundamentalmente tendentes a discriminar positivamente a los musulmanes, a difundir la ideología de género y a generalizar el acceso a la práctica del aborto.

«Los políticos de Washington han sido hostiles a la Iglesia, a los católicos y han sido hostiles a los miembros del catolicismo (…) Mi Gobierno estará al lado de los cristianos estadounidenses», explica el nuevo presidente de EE.UU.