Por Alejandro Maidana

El Bochín Club emerge desde las entrañas del histórico Parque Urquiza, de ese gran pulmón verde que aún se conserva en la ciudad. Abrazados por una frondosa vegetación y el imponente río Paraná, un grupo de amigos despunta un vicio un tanto particular para estos tiempos: jugar a las bochas.

Fundado un 12 de octubre de 1968 y a poquito de cumplir 49 años, dos canchas de bochas hacen el deleite de aquellos que encontraron con el arrime al chico un motivo notable para construir lazos de amistad.

Sin edad para participar, si bien el máximo referente hoy cuenta con 90 años, entre 15 y 20 hombres diariamente se juntan para saber sorteo mediante, quienes van con lisas y quienes con rayadas.

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El Bochín cuenta con personería jurídica, y todos los años debe presentar una memoria y balance. Alrededor de 100 firmantes avalan al mismo y participan con una cuota de $20 mensuales, que se destina al mantenimiento de las canchas y a la organización de eventos relacionados con el centro de jubilados que tiene relación con el mismo.

Vale destacar que la Municipalidad de Rosario les brinda un apoyo más que importante, eximiendo de impuestos tanto al Centro de Jubilados que funciona en la vieja estación ferroviaria, como al lugar en sí.

Si bien sólo son hombres los que integran el grupo de amigos, hay una idea muy interesante de parte de ellos que es sumar al género femenino. La presencia de mujeres sería de gran importancia por el rol organizativo y emprendedor que las caracteriza, sumarse también a los juego de cartas, los encuentros gastronómicos, y por qué no la presencia de las mismas dentro de las canchas.

Desde jubilados e ingenieros, comerciantes en actividad y hasta jóvenes adherentes, el Bochín Club del Parque Urquiza sigue siendo aquel que muchos de pibes concurrían, y que pese a los pasos largos del tiempo, no pierde su bagaje repleto de anécdotas, sensaciones y por sobre todas las cosas, el concepto de unión y fraternidad.