Se llama Marcelo Mindlin y dio su último gran «batacazo» a mediados de marzo cuando, luego de un largo proceso de negociación, pudo quedarse con todo el holding de constructoras de Ángelo Calcaterra, primo de Mauricio Macri.

Esta operación caló hondo en el ámbito empresarial, y fue interpretada como una marcada apuesta de Mindlin para ser protagonista en el negocio de la construcción, ya sea en obra pública y privada.

No es para menos, dado que IECSA, nave insignia del grupo adquirido, ocupa un rol protagónico en aquellos proyectos de gran envergadura, como por ejemplo el soterramiento del ferrocarril Sarmiento.

Apuesta fuerte en energía

Su interés en marcar presencia en este sector clave no es lo único que desvela a Mindlin. El rubro energético, en el que supo hacerse fuerte, sigue siendo su principal ámbito de apuestas.

Tanto es así que el año pasado aprovechó el revuelo en Brasil para adquirir los activos nada menos que de Petrobras en la Argentina, operación que lo colocó en el selecto grupo de ejecutivos capaces de decidir y marcar el rumbo de los combustibles a nivel nacional.

La transacción también le aseguró el control de una gran cantidad de reservas hidrocarburíferas, de una amplia red de estaciones de servicios, dos instalaciones petroquímicas y hasta de una refinería ubicada en la ciudad bonaerense de Bahía Blanca.

Al mismo tiempo, mantuvo su participación en Ciesa, que controla los destinos de TGS, considerada la mayor transportadora de gas.

La compra de Petrobras

«Conoce mucho de la actividad energética y entiende que la oleada de inversiones la debe iniciar un empresario local, ya que eso generará un efecto contagio. La compra de Petrobras es importante en este sentido, porque revitalizará activos que estaban desaprovechados», dice una fuente cercana al empresario.

Queda claro que Mindlin detecta en este momento las oportunidades y la seguridad jurídica que no encontraba con el kirchnerismo. Advierte que las tarifas se irán adecuando y que el sector energético será rentable como nunca antes en dos décadas.

Los avances del dueño de Edenor, Transener y Transba, en esta etapa del macrismo, marcan un claro contraste respecto de lo ocurrido en los últimos años de la etapa K.

Un papel protagónico

Con Macri en el poder, levantó su perfil para asumir un rol protagónico. Hoy día encabeza un conglomerado de compañías y emprendimientos que en el sector privado valúan en unos u$s 3.800 millones.

Una muestra de su decisión de pisar cada vez más fuerte en el rubro energético hay que ubicarla en mayo del año pasado, cuando Mindlin compró el 67,5% del capital accionario de Petrobras Argentina, por u$s 892 millones.

Producto de esa operación, el mandamás de Pampa Energía sumó a su cartera de activos una veintena de reservorios petroleros en Neuquén, una refinería clave en la ciudad de Bahía Blanca, una amplia red de estaciones de servicio, más acciones en la central térmica Genelba y participación en la hidroeléctrica Pichi Picún Leifú.

Más allá de esto, Pampa Energía ya venía trabajando en el desarrollo de energía convencional en Neuquén, asociada con YPF. Además, le aseguró el control de dos petroquímicas ubicadas en Puerto General San Martín -en el gran Rosario- y Zárate, respectivamente.

Esta firma es la mayor procesadora de líquidos derivados del gas, actividad que desempeña en la planta emplazada muy cerca de Bahía Blanca, en la localidad de General Daniel Cerri.
Produce a razón de 300.000 toneladas de etanol, 550.000 de propano y butano, además de naftas.

También recursos humanos

Fuera del ámbito energético, pudo «abrochar» la compra de IECSA, propiedad de Ángelo Calcaterra, primo de Mauricio Macri.

Esta compañía tiene los recursos humanos, “knowhow” y acceso a las maquinarias requeridas como para realizar obras de gran porte, como es el caso del soterramiento del ferrocarril Sarmiento.

Al informar sobre la adquisición de esta firma, Mindlin aclaró que funcionará con otro nombre: Sociedad Argentina de Construcción y Desarrollo Estratégico (SACDE). También formaron parte del traspaso la desarrolladora inmobiliaria Creaurban, Fidus SGR servicios financieros, varias concesiones viales y hasta la minera Geometales, entre otras.

La decisión del empresario de apostar por el negocio de la construcción no es antojadiza: entre 1989 y 2003 Mindlin fue el número dos en IRSA, que pertenece a otro «peso pesado» como Eduardo Elztain, con quien acumuló negocios por hasta u$s 3.200 millones. Esta compañía se mantiene activa en varios proyectos, que van desde el desarrollo de rutas, autopistas, centrales termoeléctricas, vías de ferrocarriles y gasoductos hasta escuelas y hospitales. Como si esto fuese poco, logró quedarse con el tramo C de Paseo del Bajo, el de mayor inversión para la autopista que unirá sur y norte de la Ciudad de Buenos Aires.