El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva recibió hoy su tercer procesamiento por supuesta corrupción, luego de que un juez de Brasilia aceptara los cargos presentados por la fiscalía que sostiene que favoreció proyectos en Angola de la constructora Odebrecht, eje del escándalo de sobornos en la petrolera estatal Petrobras.

La decisión fue tomada por el juez Vallisney de Souza Oliveira, quien aceptó la denuncia contra Lula, un sobrino de la primera esposa del ex mandatario, Marcelo Odebrecht -ex titular de la constructora preso y condenado por corrromper funcionarios- y otras ocho personas.

Al mismo tiempo, la Receita Federal (el órgano fiscal brasileño) suspendió la exención impositiva otorgada en 2011 para el Instituto Lula, una ONG, al considerar que el ex presidente lucró con los seminarios que ofreció a empresas nacionales y extranjeras, entre ellas las investigadas en el escándalo de Petrobras.

Este nuevo juicio abierto por Oliveira pretende determinar la veracidad de la acusación de la fiscalía de que Lula influyó en el bando de fomento oficial BNDES y otros organismos gubernamentales para favorecer a Odebrecht en préstamos para obras de ingeniería realizadas en Angola.

El gobierno de Michel Temer suspendió más de la mitad de los proyectos que el BNDES estaba financiando a empresas brasileñas en el exterior, en una suma de unos 7.000 millones de dólares.

Según la denuncia sobre Angola, los fiscales dicen que Lula actuó durante su presidencia (2003-10), lo cual incurriría en el delito de corrupción, y luego como ex presidente, con supuesto tráfico de influencias.

En recientes declaraciones, la defensa de Lula sostuvo que existe una persecución contra el mandatario por parte del Ministerio Público en general y del juez Moro en particular, a quien denunció ante la comisión de derechos humanos de la ONU en Ginebra.