Pericles (495-429 aC), Demóstenes (384-322 aC), Abraham Lincoln (1809 -1865), Winston Churchill (1874 -1965), Mohandas Gandhi, John F. Kennedy, Nelson Mandela, Martin Luther King Jr., Ronald Reagan, Barack Obama… oradores poderosos. Cuando las personas hablan, todo el tiempo están transmitiendo, y no sólo con las palabras. Se hace referencia entonces a gestos, microgestos y comunicación no verbal que hay que controlar, sobre todo, cuando alguien se expone a dar un discurso en público.

Sobre este tema, interesante para tener en cuenta, el portal de noticias urgente24.com hace una serie de consideraciones y cita ejemplos varios.

Explica que los gestos refieren a los movimientos que se hacen con la cara, manos y otras partes del cuerpo y que expresan cosas sobre los sentimientos de la persona que está hablando. Transmiten mensajes aunque no se digan con palabras, y por eso se habla de comunicación no verbal. Es que en realidad se está diciendo mucho y más de lo que uno imagina.

También se puede hablar de micro expresiones, que son movimientos de la cara involuntarios y que expresan las emociones de las personas. Estas manifiestan siete emociones que todos sienten: enojo, asco, tristeza, miedo, desprecio, felicidad y sorpresa.

Los más comunes 

El portal hace hincapié, a modo de ejemplo entre los gestos más comunes, en:

> Las manos en los bolsillos: algunos expertos dicen que cuando una persona tiene las manos en los bolsillos significa que no tiene interés en lo que se está hablando. Pero otros hablan de que se trata de inseguridad y tensión mientras se está dando una conversación, tanto con una sola persona como en un auditorio. O también se dice que se refiere a cuando una persona está tratando de esconder algo.

> Las manos entrelazadas: cuando una persona hace este gesto, quiere decir que mantiene una actitud cerrada y que no quiere compartir nada, una actitud reprimida. También se habla de ansiedad o una actitud negativa.

> Brazos cruzados: posiblemente es uno de los gestos más comunes. Muchos son los que dicen que los brazos cruzados transmiten inseguridad, ansiedad o incomodidad pero otros hablan de rechazo y desacuerdo. En todo caso, se trata de un signo de “protección” de quien está hablando y se establece una suerte de barrera con las personas a las que se dirige.

> Tomar el atril o mesa con las manos: muchas de las personas que hablan en público caen en este error. Esto demuestra que quien está hablando tiene una necesidad de seguridad para hablar ante un auditorio.

> Señalar a la gente con el dedo: puede ser percibido como un gesto de amenaza y rivalidad por parte del auditorio.

> Jugar con objetos mientras se habla: puede ser desde una lapicera hasta un micrófono, sobre todo, en conferencias con mucha gente. Esto demuestra que quien está hablando está muy nerviosa y además genera distracción.

> Manos por delante de la boca cuando se habla: algunos expertos señalan que se trata de inseguridad, sentimiento de culpa o mentira.

> Tocarse el cabello, el rostro o la boca: igual que el anterior, habla de inseguridad por parte de quien esta hablando.

> Manos pegadas al cuerpo: esta actitud refleja falta de convicción y seguridad.

El cuerpo como escudo

En medio de estas apreciaciones, la página www.emprendedores.es cita al autor Gonzalo Alvarez Marañó, experto en presentaciones: «Cuando tomas la palabra, ya sea en una sala de juntas o en un auditorio, inicialmente te sientes incómodo y, a menudo, inseguro bajo la mirada de tantos pares de ojos. Tu primera reacción es utilizar el cuerpo como escudo para proteger tu espacio. Cuando realizas una presentación, no existe una segunda oportunidad para causar una primera buena impresión. Los gestos y la postura contribuyen poderosamente a tu presencia sobre el escenario», señala el especialista.

Agrega que todo el mundo tiene algún gesto que repite cuando habla en público o privado, al punto de que algunos se pueden convertir en un estorbo y obstáculo.

En Argentina, según el experto, quien hizo uso y abuso de los gestos fue la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner, una marca registrada de sus discursos. La gesticulación fue algo que nunca faltaba, tanto en los actos como en las cadenas nacionales en las que horas de discurso iban a acompañados de la comunicación no verbal que tanto transmitía.

Señala que Cristina solía hacer referencia a Néstor Kirchner como “Él”. Según publicó diario Clarín en una nota en septiembre de 2013, la ex Presidente, al momento de nombrarlo, señalaba con el dedo índice hacia arriba, al cielo.

En la nota del diario porteño se cita al experto en comunicación no verbal Sergio Rulicki, autor del libro “Las caras de la mentira (y de la verdad)”, quien explica que “es un resabio inconsciente de que se fundamenta lo que se dice con la apelación a un poder superior”.

Ritmo y cadencia

Otro gesto muy común de Cristina era (y es, cuando aparece en público) marcar con las manos el ritmo y la cadencia de la enunciación. Rulicki dice: “Constituye un recurso kinésico muy eficiente, dado que tiene efectos sobre la capacidad cognitiva de mantener la fluidez verbal de manera prolongada”.

En cuanto al actual presidente Mauricio Macri, Rulicki analizó en su página www.comunicacionnoverbal.com aquel debate presidencial en noviembre de 2015: “Al entrar al escenario, Macri toma la iniciativa del saludo con palmadas sobre la espalda de Scioli, lo que constituye un gesto amistoso, pero también dominante. Al final, vuelve a realizar el mismo gesto como despedida, marcando que es él quien define los términos de la relación”.

Además, indicó que Macri estuvo más sonriente, lo que demuestra que el entonces candidato estaba contento y más satisfecho que Scioli. También resaltó Rulicki que Macri mostraba una gestualidad más relajada, algo que es fundamental cuando se expone en público.

El diario La Nación también publicó una nota en marzo de 2016, analizando el discurso del Presidente en el Congreso. Una muestra de la comunicación no verbal fue cuando sus labios se comprimieron como signo de disgusto y descontento al referirse al gobierno anterior.