El izquierdista Andrés Manuel López Obrador prometió este martes una transición ordenada cuando asuma la presidencia de México, y anunció una invitación al papa Francisco para «alcanzar la paz en el país» y un encuentro en próximos días con el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo.

Habrá una «convocatoria a dirigentes religiosos, de derechos humanos, la ONU, para comenzar este encuentro entre todos con el propósito de conseguir la paz en nuestro país (…) Vamos a invitar al papa Francisco», dijo en rueda de prensa el presidente electo, tras reunirse con el saliente Enrique Peña Nieto en el Palacio Presidencial.

México sufre una creciente ola de violencia que se inició a finales de 2006, cuando el gobierno lanzó una polémica ofensiva militar para combatir el narcotráfico y el crimen organizado.

Desde entonces, más de 200.000 personas han muerto, según cifras oficiales que no precisan cuántas de esas víctimas están vinculadas al combate a la criminalidad.

Los grupos de trabajo de Peña Nieto y López Obrador «se reunirán periódicamente para asegurar una transición ordenada, detallada y transparente. Aquellos temas de carácter transexenal que lo requieran serán atendidos de manera coordinada», aseguró la Presidencia de México en un comunicado.

Fue un encuentro «muy bueno, amistoso», en el que se abordaron distintos temas, desde la necesidad de mantener un ambiente económico estable hasta la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con Estados Unidos y Canadá, pasando por el vital tema de la seguridad, subrayó López Obrador.

Tras la reunión de más de una hora y a puerta cerrada, se anunció que el 13 de julio próximo se prevé una visita a México del secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, quien se reunirá con López Obrador, Peña Nieto y el canciller mexicano, Luis Videgaray.

López Obrador sostuvo el lunes una llamada «en muy buenos términos y respetuosa» con el presidente estadounidense Donald Trump, en la que propuso un acuerdo de desarrollo económico en México para reducir la migración.

Estabilidad financiera

En  su tercer intento consecutivo por alcanzar la silla presidencial, López Obrador, de 64 años y del partido Morena, triunfó en las elecciones generales del domingo con cerca del 53% de los votos, más de 30 puntos por encima del segundo lugar. El 1 de diciembre próximo asumirá la presidencia.

«En este periodo tenemos que ponernos de acuerdo en muchos temas, sobre todo en lograr que la transición se dé de manera ordenada, que no haya sobresaltos, que haya confianza en temas económicos y financieros», recalcó.

El presidente electo reiteró que el nuevo gobierno respetará la autonomía del Banco Central y el régimen de libre flotación del tipo de cambio.

También dijo que la renegociación del TLCAN continuará por ahora con el equipo negociador de Peña Nieto, al que se incorporarán colaboradores suyos.

A invitación de Peña Nieto, López Obrador asistirá a la cumbre de la Alianza del Pacífico -el grupo de libre comercio que conforman México, Perú, Chile y Colombia-, que será el 24 y 25 de julio en el balneario de Puerto Vallarta, en el occidental estado de Jalisco.

«La gente me va a cuidar»

En un par de días, López Obrador ha mostrado su particular forma de hacer política, seguido siempre de muy cerca de un batallón de medios de comunicación y de personas con banderas de México y pancartas de apoyo.

El equipo de seguridad del Palacio Nacional se vio superado este martes por la muchedumbre y algunos ciudadanos lograron colarse hasta el patio del recinto aferrándose al auto de López Obrador.

Una mujer se deslizó entre policías y camarógrafos hasta llegar a los brazos de López Obrador para saludarle. El izquierdista le correspondió con un beso en la mejilla.

El presidente electo ha desatado polémica por rechazar el resguardo de guardias presidenciales. Se traslada habitualmente en un auto compacto y permite que la gente se le acerque.

«Yo no quiero tener guardaespaldas, eso significa que los ciudadanos me van a cuidar», explicó López Obrador, al pedir con una sonrisa: «no me apachurren (aplasten)».

Tal y como prometió en campaña, López Obrador prometió que no usará las aeronaves oficiales, que viajará «en aviones comerciales y por tierra» y que no vivirá en Los Pinos, la residencia en la que por décadas han residido y despachado los presidentes.

Aseguró que ajustará a la baja los salarios de los funcionarios públicos y que él personalmente ganará la mitad del salario de Peña Nieto.

A las afueras del Palacio, cientos de seguidores se concentraron para expresarle su apoyo.

«Ya se nos hizo (que ganara), después de cuántos años. Como nos vaya, todo es bueno», exclamó a la AFP Soledad Hernández, de 79 años.

Gabriel Ibarra, comerciante de 60 años, expresó su «emoción muy grande», al ver entrar por primera vez a López Obrador al Palacio Nacional.

«Le tengo un gran cariño y vamos a estar con él hasta el final», subrayó.

En su ambicioso proyecto de nación 2018-2024, López Obrador pretende un rescate del campo, revisar millonarios contratos derivados de la reforma energética y tener un gobierno «austero, sin lujos ni privilegios».