Por Candelaria De la Cruz 

La estética ha sido, desde siempre, una parte casi fundamental en la vida de las mujeres y actualmente también de los hombres. Pero…¿Qué pasa cuando el peso de la presión social y los mensajes publicitarios sobre una porción extensa de la población, especialmente a los adolescentes, imponen la delgadez extrema como el paradigma de la estética?

Según datos aportados por la Asociación de Lucha contra la Bulimia y la Anorexia (Aluba), los trastornos en la alimentación son más frecuentes en las mujeres que en los hombres -un 90% frente a un 10%-, llevándolas a elegir dietas que muchas veces carecen de base racional y constituyen un peligro para la salud.

Además, y siempre de acuerdo con lo señalado en el informe de dicha entidad, el no responder a los ideales de belleza convencionales genera situaciones de discriminación, burlas y aislamiento.

Una encuesta realizada en colegios de Capital y Gran Buenos Aires en el 2014 a adolescentes, con un “patrón normal de alimentación”, dejó en evidencia que: al 55,64 % de las adolescentes les “Atemoriza ser gorda”, el 55,08% “piensa en la comida, qué comió y cómo”, por otro lado, el 51,43% manifiesta que les “atemoriza subir de peso”, un porcentaje del 40,65% “cree que se sentiría mejor si fuese más delgada” y por último, el 33,44% de las encuestadas afirmó que “se ve gorda aunque los demás afirmen que esta normal o en bajo peso”

En el caso de los hombres, el 33,92 % afirmó que “le atemoriza ser gordo”, el 35,44% manifestó su “temor por subir de peso” y finalmente, el 40,75% de los encuestados “piensa en la comida, que comerá y cómo lo hará”.

En diálogo con Conclusión el psicólogo clínico y coordinador general de Aluba, Marcelo Bregua recordó que en la historia de la humanidad siempre hubo parámetros de belleza física muy diferentes hasta llegar a la actualidad. “Hoy nos encontramos con una sociedad light, tecnológica, una generación hiperconectada, que no soporta ni el descanso (un estudio hace referencia a que los adolescentes suelen despertarse durante la noche a observar los cambios en sus redes sociales). Esta sociedad de consumo, donde lo material está por encima de los valores, tiene modelos definidos de estilo de vida, donde la delgadez extrema es una señal de autocontrol, y el cuerpo normal o con sobrepeso es visto como desagradable por esos referentes a los cuales siguen sin poder ver que el único interés que mueve a esos «faros» es el suyo propio”.

 No no para vos no hay….

Mucho jóvenes luchan por lograr “el físico ideal”, motivados por modelos, artistas o por la publicidad comercial. Muchos de ellos creen sinceramente que “el mundo es de los flacos”.

Otros, cuyo peso natural excede el standard de delgadez que la sociedad impone, se deprimen, se autocritican y se sienten perdedores y desvalorizados.

 Y eso sucede en algo tan simple y agradable como es ir a comprar ropa. “A todos nos gusta ´vestir bien´, cada uno tiene una perspectiva diferente de ello pero todos buscamos lo mismo, la aceptación. Para una persona del común de la gente, quizás la marca no tenga significado alguno, pero para otros sí. Y cuando no tengo acceso a esa marca por dinero, lo entiendo y me enojo, pero cuando me lo niegan por otros motivos, no”, afirmó Marcelo.

Y explicó: “Es por ello que cuando a un/a adolescente se le miente y le dicen que un XL corresponde al tope de la línea, se frustra y piensa que está por encima del peso y si le sumamos a eso que en esa edad la personalidad se encuentra en construcción, aún es débil, con poca tolerancia al estrés y querés ser incluido en un grupo para sentirte más seguro, y te lo niegan, una posibilidad demostrar cómo me siento es la palabra, pero cuando no puedo hacerlo, lo hago a través del síntoma, y para el caso de las personas que tienen una predisposición genética a la Patología Alimentaria, los síntomas de Anorexia Nerviosa, Bulimia Nerviosa u otras manifestaciones similares son la forma que encuentran de comunicar lo que les pasa”.

 En la provincia de Santa Fe existe desde el 2007 la “Ley de Talles” Nº 12.841 que establece que las empresas industriales cuya actividad sea la fabricación de indumentaria femenina, deberán confeccionar prendas en todos los talles para cubrir las medidas antropométricas de la mujer, es decir, los talles cuyas medidas se especifican en las normas IRAM que son del 38 al 54. La mayoría de los fabricantes utiliza la denominación de fantasía S M L y XL cuyas medidas desconocemos por no estar bajo las dichas normas.

 Rosario de la mano del ex concejal Gonzalo del Cerro, se adhirió a dicha ley en el año 2011 bajo el nombre de “Rosario viste a todos”.

“La decisión de presentar esta Ordenanza surgió en la Comisión de Salud por el tema de las adicciones en procesos de adelgazamiento, una situación que se estaba dando cada vez con más frecuencia”, relató el impulsor de la Ordenanza quién también es psiquiatra.

Por otro lado, Del Cerro contó que en ese momento había numerosas quejas porque “no existía ropa para mujeres con cuerpos normales”. “Hicimos una pequeña investigación a algunos comercios y con algunos talleristas que son diseñadores, había un interés a dar una respuesta por parte de ellos, no resultaba imposible poder llevarlo a cabo. Estaban todos los recursos para poder hacerlo”, contó el ex concejal.

A partir de esta ordenanza que acompaña a una ley a nivel provincial, el ciudadano rosarino tiene derecho a participar de forma directa a la detección de irregularidades que constaten en los comercios que no la cumplan.

Este proyecto según cuenta del Cerro, era de “suma importancia en Rosario por los grandes fenómenos de discriminación y de identidad que surgen en las grandes ciudades y que de alguna manera, la respuesta siempre resulta negativa”.

Lamentablemente, el Ejecutivo no la puso en marcha y habiendo pasado ya cincos años, la ordenanza nunca se cumplió y así que, las expresiones “No para vos no hay” ó “Es talle único” se sigue escuchando, en una sociedad en la cual proliferan los productos de belleza y que la obsesión por la estética está a la orden del día.