La Unión Europea (UE) ratificó hoy que no imitará la polémica decisión de Estados Unidos y no reconocerá a Jerusalén como capital de Israel, luego de que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, visitara la sede del bloque en Bruselas y pidiera a la UE apoyar una nueva iniciativa de paz estadounidense para Medio Oriente.

En la primera visita oficial de un premier israelí a las instituciones comunitarias en 22 años, Netanyahu dijo que el reconocimiento de Jerusalén como capital israelí por parte del presidente estadounidense, Donald Trump, sólo refleja la realidad sobre el terreno, y agregó que esperaba que muchos países europeos siguieran los mismos pasos.

Pero la jefa de la diplomacia de la UE, Federica Mogherini, quien presidió una reunión entre Netanyahu y ministros de Relaciones Exteriores de países del bloque, respondió que ningún país de la UE planeaba adoptar la posición del presidente estadounidense, que generó extendida condena y desató protestas violentas y choques en Palestina.

«Sé que el primer ministro Netanyahu mencionó en un par de ocasiones que espera que otros sigan la decisión del presidente Donald Trump de trasladar la embajada a Jerusalén. Pero puede mantener sus expectativas para otros, porque ese movimiento no llegará por parte de los países miembros de la Unión Europea», dijo Mogherini.

La decisión de la semana pasada de Trump, y su orden de trasladar a Jerusalén la embajada estadounidenses en Tel Aviv, rompen con décadas de política de Estado norteamericana y de garantías internacionales a los palestinos de que el status de la ciudad sagrada debe determinarse en negociaciones de paz con Israel.

Los palestinos quieren que la parte oriental de Jerusalén, o Jerusalén este, capturada por Israel en una guerra en 1967 y luego anexionada, sea capital de su futuro Estado.

En Jerusalén este se sitúa la Ciudad Vieja, donde se encuentran algunos de los lugares más sagrados para el judaísmo, el islam y el cristianismo.

Aunque Israel dice que toda Jerusalén es su capital «única e indivisible», la comunidad internacional no reconoce a Jerusalén este como parte de Israel, y todos los países del mundo, incluyendo a Argentina, tienen su embajada ante Israel en Tel Aviv.

Aunque la decisión de Trump no tiene ningún impacto en la vida cotidiana en la ciudad, conlleva un profundo significado simbólico y es vista por los árabes y musulmanes como un prejuzgamiento sobre una cuestión que debería decidirse en negociaciones y, más aún, un intento de imponer una solución sobre el tema a los palestinos.

El presidente palestino, Mahmud Abbas, dijo esta semana que Trump, con su decisión, destruyó la credibilidad de Estados Unidos como mediador de la paz en Medio Oriente, un rol que ha ejercido de manera exclusiva durante más de dos décadas de negociaciones intermitentes destinadas a crear un Estado palestino al lado de Israel.

Mogherini subrayó hoy a periodistas que la solución de dos estados es el único marco posible para resolver el conflicto entre israelíes y palestinos y dijo que la UE estaba preocupada por la decisión de Trump, informó la agencia de noticias EFE.

«No queremos ver a una administración estadounidense desacreditada cuando se trata de las negociaciones en Medio Oriente», agregó.

Poco antes, luego de participar de un desayuno informal junto a los cancilleres del bloque, Netanyahu dijo a la prensa que confiaba en que muchas naciones de la UE iban a imitar a Trump.

«Creo que todos o la mayor parte de los países europeos trasladarán sus embajadas a Jerusalén, reconocerán que es la capital de Israel y se implicarán de forma firme con nosotros en seguridad, prosperidad y paz», indicó Netanyahu. «Aunque aún no tenemos un acuerdo, creo que esto es lo que pasará en el futuro», aventuró.

El premier pidió además esperar a conocer la propuesta «en camino» de la administración estadounidense para la paz en Medio Oriente, en alusión a un plan aún desconocido que impulsa Jared Kushner, el yerno y asesor de Trump, quien ha viajado a la región este año y mantenido conversaciones con Netanyahu y el presidente palestino, Mahmud Abbas.

Sin embargo, Mogherini dijo que aún no estaba definido ni el marco general de un nuevo plan de paz para Medio Oriente ni quiénes serían los participantes, además de representantes Israel y Palestina.

«Parece que tanto el horizonte como el marco aún deben ser determinados», señaló.

Netanyahu defiende el reconocimiento de Jerusalén ante la Unión Europea