Casi ocho meses después del inicio de las negociaciones de paz en Quito, Ecuador, el gobierno colombiano y la guerrilla del ELN iniciarán a la hora cero del domingo un alto el fuego que se prolongará hasta el 8 de enero, con posibilidades de ser prorrogado, pese a empezar con enormes tensiones entre las partes.

El acuerdo fue anunciado a comienzos de este mes y se interpretó como una «bienvenida» al papa Francisco, que visitó Colombia del 6 al 10 de septiembre y clamó en varias de sus intervenciones por la reconciliación y el perdón entre los colombianos, en medio de lo que parece ser la parte final del conflicto armado que empezó en 1964.

El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, firmó hoy el decreto que ordena a las Fuerzas Armadas y de Policía iniciar a las cero horas de este domingo un alto el fuego con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN).

«El cese al fuego de hostilidades y bilateral quiere decir que el ELN tiene que dejar de secuestrar, de reclutar menores, de sembrar minas, de atacar a nuestra infraestructura y, por supuesto, cesar toda acción ofensiva contra nuestras Fuerzas Armadas y de Policía», dijo Santos tras firmar el decreto.

El jefe ELN, Nicolás Rodríguez Bautista, también formalizó hoy la orden de cesar el fuego para «reafirmar el compromiso» de esa guerrilla con el «cumplimiento estricto de la palabra empeñada», como parte, dijo, de «la ética revolucionaria».

También destacó la importancia de este cese el fuego bilateral y temporal porque «no sólo paraliza las acciones ofensivas», sino que también produce «importantes alivios humanitarios al pueblo colombiano, en especial a los sectores más humildes de las zonas en conflicto».

Rodríguez, alias Gabino, grabó un mensaje de apenas cinco minutos, que subió a las redes youtube y Twitter, en el que aparece con ropa de combate y acompañado de varios insurgentes.

El anuncio inicial indica que el alto del fuego y de hostilidades regirá entre el 1 de octubre y el 8 de enero de 2018, con posibilidades de ser extendido, y contará con la verificación de una misión especial de las Naciones Unidas.

Más allá de alguna discrepancia sobre la fecha de conclusión del cese de las hostilidades (8 o 12 de enero) en discusión, las tensiones existentes obedecen a la ofensiva lanzada en los últimos días por el ELN en un frente en el que ha concentrado sus acciones bélicas desde los años 80: el ataque a la infraestructura petrolera.

Entre el martes y miércoles de esta semana, las autoridades responsabilizaron al ELN de varios ataques con explosivos contra el principal oleoducto del país, que transporta petróleo desde el yacimiento de Caño Limón, en el departamento de Arauca (este), hasta el puerto de Coveñas, en el departamento de Sucre (norte).

Uno de esos atentados, cometido en el departamento de Norte de Santander, fronterizo con Venezuela, produjo el derrame de una cantidad indeterminada de crudo y la contaminación del río Catatumbo.

La mancha de petróleo, de más de 100 kilómetros de extensión, trata de ser controlada por técnicos de la petrolera colombiana Ecopetrol, que en las tres últimas décadas han tenido que reparar los daños por unos 1.400 ataques con explosivos contra ese oleoducto, casi 50 de ellos en lo que va de este año.

El jefe de la delegación del gobierno en las negociaciones con el ELN, Juan Camilo Restrepo, dijo que pareciera que el grupo guerrillero quiere iniciar el alto el fuego con el repudio del país en su máxima expresión por sus ataques contra la población civil y el medio ambiente.

«Esta actuación del ELN es insensata y censurable, porque estamos frente a un crimen ecológico de magnitudes descomunales, no solo con el daño ambiental, sino también poniendo en peligro fuentes de agua», criticó Restrepo.

La negociación con el ELN, grupo que protagonizó frustradas conversaciones de paz con gobiernos anteriores, se cumplen desde el 7 de febrero en una hacienda rural próxima a Quito, ofrecida como sede por el gobierno ecuatoriano.

Las partes han cumplido tres ciclos de negociaciones en medio de la ofensiva del ELN, que no considera probable que se firme un acuerdo de paz antes de que concluya el periodo del presidente Juan Manuel Santos, en agosto de 2018.

Santos firmó un acuerdo definitivo con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en noviembre de 2016 y al mes siguiente recibió el Premio Nobel de la Paz.

Tras la desaparición de las FARC como organización armada, el ELN, que surgió en 1964, es ahora el único grupo guerrillero que actúa en Colombia y su eventual desmovilización representaría el final del conflicto armado que ha golpeado al país por cinco décadas.