China celebró hoy el 70° aniversario de la fundación de la República Popular con un imponente desfile militar en el que expuso todo su poderío, al tiempo que en la región autónoma de Hong Kong las protestas pro democráticas subieron a un nuevo nivel de violencia cuando un policía le disparó a un manifestante a corta distancia.

Se trata del primer herido de bala desde que comenzaron las protestas, hace seis meses, en rechazo a un proyecto de ley de extradición a China que luego fue retirado pero que para los opositores al gobierno, ha puesto en evidencia la erosión a sus derechos desde que la antigua colonia británica fue devuelta a Beijing.

La vocera policial Yolanda Yu dijo que el oficial disparó en el pecho de un joven de 18 años al sentir temor por su vida cuando un grupo de «alborotadores» se dirigió hacia él.

El adolescente es una de las dos personas que se encuentran en estado crítico después de las violentas protestas de hoy, que dejaron un total de 51 heridos, según la autoridad de Salud de Hong Kong.

Es la primera vez en seis meses de protestas en que hay un manifestante herido de bala por la policía, que hasta hoy sólo había hecho disparos al aire.

El video, que se viralizó de manera inmediata en las redes, muestra a un oficial disparar casi a quemarropa contra un manifestante que se acercaba con un palo.

Las imágenes fueron tomadas por la Unión de Estudiantes de la Ciudad y muestra a una docena de personas vestidas de negro y con máscaras de gas acercarse a un oficial que se había separado de su grupo y que abrió fuego con un arma corta.

El hecho marcó una dramática escalada de violencia que extendió el caos a múltiples áreas y que puso en evidencia la represión que los manifestantes han venido denunciando sin ser escuchados.

Los manifestantes ignoraron las medidas de seguridad, que incluyeron el cierre de una veintena de estaciones de metro, y caminaron varios kilómetros para unirse en una gran manifestación en el centro de la ciudad, dispuestos a ensombrecer los festejos en China continental.

«Ninguna fuerza puede detener el progreso del pueblo chino», dijo el presidente chino, Xi Jinping, en un discurso trasmitido por la televisión nacional.

El imponente desfile incluyó camiones que transportaban misiles nucleares diseñados para evitar las defensas estadounidenses, aviones no tripulados de ataque supersónico y decenas de otras armas desarrolladas durante los últimos 20 años.

El discurso de Xi, al igual que el ambicioso desfile, dejó en claro que China está dispuesta a hacer que su influencia estratégica coincida con su estatus de segunda economía mundial.

Beijing busca desplazar a Estados Unidos como el poder dominante en la región del Pacífico y está dispuesta a hacer valer su poderío en cuestiones inestables como el Mar del Sur de China, Taiwan y Hong Kong, entre otras.

Las protestas en la antigua colonia británica han hecho temer que China intervenga, pero Xi ha prometido cumplir con el compromiso de que los territorios autónomos manejen sus asuntos internos.

Vestido con una chaqueta gris Mao, Xi ingresó al escenario acompañado del primer ministro Li Keqiang, los ex presidentes Hu Jintao y Jiang Zemin y otras figuras del partido.

Las autoridades dijeron que el evento incluiría 15,000 soldados, más de 160 aviones y 580 equipos militares.

El aniversario conmemora la fundación de la República Popular China el 1° de octubre de 1949 por el entonces líder Mao Tse-Tung después de una guerra civil con el gobierno nacionalista, que se exilió a Taiwan.

Entre los asistentes al desfile estaba la directora ejecutiva de Hong Kong , Carrie Lam, junto a una delegación de funcionarios de Hong Kong, en una muestra de unidad con el Partido Comunista Chino.

Apoyado por el auge de la economía china, el gasto militar ha experimentado un aumento del 400 % en la última década, en un intento por igualar a Estados Unidos, Rusia y Europa.

Analistas citador por la cadena de noticias CNN señalan que China es, junto con Estados Unidos, líder en aviones no tripulados y está cerca de igualarlo en misiles.

El Ejército Popular de Liberación, el ejército más grande del mundo con 2 millones de miembros, también está trabajando en aviones de combate y en una nueva generación de submarinos de propulsión nuclear.