La oposición venezolana volverá el miércoles a las calles. Esta vez no sólo en Caracas sino en las regiones, para reclamar un referendo revocatorio contra Nicolás Maduro, quien encara un creciente descontento popular.

La movilización, que tendrá contramarchas chavistas también en todo el país, se hará hacia las sedes del Consejo Nacional Electoral en un clima de tensión tras varios arrestos, que la oposición denuncia como «persecución» y «represión» y según el gobierno buscan frenar la violencia y un golpe de estado.

«El protagonismo lo van a tener las regiones, ya Caracas lo tuvo. Buscamos acelerar la solución política y electoral a esta crisis», dijo el secretario ejecutivo de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Jesús Torrealba, al aludir a una multitudinaria manifestación realizada la semana pasada en la capital.

La oposición ve el referendo cómo única salida a la crisis económica y espera que el malestar de la gente por las filas en los supermercados para conseguir productos básicos y por la inflación -que el FMI proyecta en 720% este año- ayuden a calentar las calles para presionar al CNE a que haga la consulta este año.

Buscando ganar tiempo, el gobierno aceleró planes de abastecimiento de productos básicos con el apoyo de los militares, y mantiene en el CNE y en el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), ambos acusados de servir al chavismo, una serie de demandas contra la oposición, incluida la posibilidad de levantar la inmunidad a los diputados, mayoritariamente de la MUD.

«El referendo revocatorio no tiene la más mínima posibilidad de ser este año (…) Si se da, sería para marzo», expresó el número dos del chavismo, Diosdado Cabello. La carrera es feroz. Está en juego un cambio de modelo, tras 18 años de gobierno socialista. Si la consulta se hace antes del 10 de enero de 2017 y Maduro pierde, habría nuevas elecciones presidenciales; pero si se lleva a cabo después y el mandatario es revocado, le sustituiría su vicepresidente.

Con el referendo como telón de fondo, Venezuela está enfrascada en un conflicto de poderes desde que la MUD asumió el control del Parlamento en enero pasado. El TSJ ha invalidado una veintena de decisiones tomadas por la mayoría opositora y esta semana declaró nulas las decisiones a futuro por considerar en desacato a la Asamblea, tras incorporar el 28 de julio a tres diputados opositores acusados de fraude electoral.

Tensión en la calle

Caracas fue escenario el  1 de septiembre de una multitudinaria marcha que según la MUD reunió a 1,1 millones de personas aunque el gobierno dice que máximo había 30.000. Ahora la oposición llamó a los capitalinos a una protesta simbólica a las 12H00 locales, parando por 10 minutos toda actividad y circulación de vehículos.

La MUD pide al poder electoral que fije la fecha y condiciones que regirán la recolección de cuatro millones de firmas que necesita (20% del padrón electoral) para que el revocatorio sea convocado.

Pero aunque el CNE ha advertido que no se dejará presionar y ya ha dicho que esa recolección de firmas se hará en la última semana de octubre, la MUD llamó a otra manifestación el 14 de septiembre, un día después de que el órgano electoral anuncie, como se espera, la fecha de recolección del 20%.

El gobierno minimiza las protestas e insiste en que la oposición sólo busca derrocarlo. El dirigente chavista Elías Jaua aseguró que la «movilización popular» es «el mejor antídoto contra la violencia, contra los golpes de estado», por lo que llamó a todos los chavistas a movilizarse.