por Florencia Vizzi

En un contexto social de creciente complejidad, las cuestiones más básicas para la supervivencia son, para cientos y miles de personas, un lujo cada vez más inaccesible. Un techo, un plato de comida, una manta para abrigarse e incluso, un gesto afectuoso, escasean y están cada vez más lejos de las posibilidades de quienes menos tienen. Son, entonces, las organizaciones y movimientos sociales y solidarios los que cubren esos profundos huecos que la indiferencia social y la ausencia del Estado convierten en abismos.

Los ex combatientes de Malvinas de la ciudad de Rosario llevan casi 20 años poniendo un plato de comida caliente frente a cientos de personas que se encuentran en situación de calle. Y este lunes comienza otro ciclo más.

A partir de las 19.30, la cocina militar de los veteranos estará nuevamente en 1º de Mayo y Rioja para iniciar el acostumbrado recorrido, para ser conducida a las siguientes paradas: Entre Ríos y San Luis, luego a San Martín y San Luis, Pellegrini y Colón, Tribunales, Maternidad Martin, Terminal de Ómnibus y, si queda algo, Mendoza y Avellaneda.

En diálogo con Conclusión, Carlos, uno de históricos del grupo que organiza la actividad, relató: «Las raciones de comida que se pueden preparar en la cocina son 320 y generalmente no queda nada. De hecho, muchas veces nos quedamos sin nada a mitad de recorrido».

«Además –contó el veterano–, en estos últimos tiempos somos conscientes de que la situación se ha puesto más difícil. Y este va a ser un año complicado. La gente tiene mucha necesidad y se vuelcan a buscar un plato de comida caliente».

Carlos señaló que la semana pasada salió en su vehículo a hacer un relevamiento por su cuenta: «Fui para ver cómo estaba la cosa e ir avisando que esta semana íbamos a estar repartiendo comida. Y la verdad es que se ve mucha gente y caras nuevas».

«Nosotros le damos de comer a gente en situación de calle, pero a veces vienen personas que tal vez tienen donde dormir pero no tienen nada para comer, y es muy difícil decir que no, eso es lo más difícil», relató el veterano, y contó además que «hay familias enteras viviendo en la calle y a veces vienen con un recipiente para poder llevarle comida a toda la familia que lleva todo un día sin comer».

Por su parte, Richard Camarasa, del Movimiento Solidario Rosario, manifestó que este año comenzaron a repartir las raciones de comida en marzo y que «se nota un fuerte incremento de gente en situación de crisis social».

«Nosotros le decimos crisis social porque a veces no están en situación de calle. Hay un alto número de personas que tienen donde vivir pero que pululan por el centro, o no pueden llegar a sus casa y duermen en la calle, y necesitan ayuda porque no tienen qué comer».

Camarasa explicó que el MSR reparte 300 raciones de comida en cuatro zonas de la ciudad. «Notamos un movimiento de gente a partir de los índices que nosotros manejamos con nombre y apellido de cada persona. Y vemos una población nueva, sobre todo de adultos mayores. Lo que sabemos, por lo que conversamos con ellos es que han dejado de tener ingresos o que sus ingresos ya no les alcanzan».