La explosión que se produjo este lunes por la mañana en el laboratorio Apolo,  en el cual se produce suero fisiológico, ubicado en la zona sur, provocó varios heridos, algunos de ellos de gravedad, y el derrumbe del lugar y de algunas propiedades linderas.

El ingeniero Carlos Hyon, de la Dirección General de Obras Particulares, manifestó que «la explosión, producida por el aparente fallo de una caldera,  fue como una especie de bomba, estalló todo», y especificó que «en cuanto a los daños colaterales, los más afectados son los del lindero sur, de Pje. Drumond 2970, que quedó prácticamente inhabitable, y con importantes daños estructurales, porque se derrumbaron las medianeras, y  un pasillo del lado norte, que también resultó afectada al medianera».

Por su parte,  el fiscal que se encuentra a cargo de la investigación de los hechos, Walter Jurado, confirmó que la causa fuente del siniestro fue “el fallo de una de las calderas, lo que produjo una gran explosión de vapor. Aún no se sabe a qué se debe dicho fallo».

Según explicó el funcionario judicial,  dentro del desastre, hubo una dosis de suerte, ya que  “en el galpón dónde se produjo la explosión, había un techo de chapa y muchas cajas de cartón en el, que absorbieron gran parte de la onda expansiva”.Afortunadamente, fue en un horario en el que había muy poca gente, lo que evitó que hubiera mayor cantidad de víctimas y no hubo que lamentar víctimas fatales”.

Consultado sobre la situación jurídica de la empresa, de la cual se rumoreaba que se le había dictado una quiebra recientemente, Jurado señaló que: “La situación jurídica de la empresa no la conozco. Nosotros vamos a investigar la responsabilidad penal, y veremos si hubo negligencia o no. Los vecinos dijeron que había algunas denuncias por ciertas irregularidades que presentaba la empresa, pero esas denuncias fueron presentadas en la municipalidad, y nunca llegaron a fiscalía, así que ahora estamos viendo de tomar contacto con las mismas para interiorizarnos de qué se trata”.

Los vecinos, por su parte,  refirieron que desde el 2012 se habían presentado varias denuncias contra el laboratorio, tanto en la municipalidad, como en Litoral Gas en su momento, porque había «regulador que perdía». «Pero no se sabe que pasó con esas denuncias, ni siquiera sabemos si este tipo de empresas pueden funcionar en lugares rodeadas de vivendas. Sentimos vibraciones todo el tiempo, las paredes de nuestras casa se han ido rajando, por esas vibraciones»