Por Pablo Martínez

Era previsible que iban a surgir inconvenientes en el bloque defensivo de la Albiceleste, las dudas del DT durante las últimas semanas, en el arco y la táctica a emplear, indudablemente afectó el buen funcionamiento de una zona medular en cualquier equipo de fútbol.

Islandia atacó poco, tuvo un escaso porcentual de posesión de balón, pero lastimó en el primer tiempo y consiguió el gol, con la complicidad argentina, con una débil respuesta del arquero Caballero, para que Finnbogason le de un pase a la red.

También era de esperar, el mal retroceso de todo un equipo que pensaba en el arco rival y desnudaba problemas en el fondo por el sector derecho. La dupla Salvio y Meza, dos hombres que sienten poco la marca, otorgaban toda clase de ventajas por ese sector.

La actuación de los centrales no fue del todo convincente, Otamendi fue lo más firme del fondo pero tuvo complicaciones cuando salía lejos de su sector y Rojo estuvo dubitativo en la etapa inicial, parecía no sentir el puesto y hasta tuvo algunas salidas deficientes. En tanto, Tagliafico, no tuvo participación ni para defender ni atacar.

De cara a lo que vendrá, es alarmante que con muy poco, el equipo de Sampaoli se haya complicado tanto, y si bien en el complemento Islandia no llegó al arco argentino, la sensación de inseguridad queda en el aire y con un rival de mayor fuste defensivo, va a sufrir. El cuerpo técnico del seleccionado nacional, tendrá que seguir trabajando para no quedar descompensado cuando tenga un protagonismo ofensiva.