La Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN) ganó este viernes el Nobel de la Paz por su labor en favor de la prohibición de las armas de destrucción masiva en un contexto de tensiones con Corea del Norte e Irán.

«La organización recibe el premio por su trabajo para llamar la atención sobre las consecuencias humanitarias catastróficas del uso de armas nucleares y por sus esfuerzos pioneros para lograr un tratado de prohibición de esas armas», dijo la presidente del Comité Noruego del Nobel, Berit Reiss-Andersen.

Más de 70 años después de las bombas atómicas estadounidenses lanzadas sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, el Comité del Nobel quiso resaltar los incansables esfuerzos de la ICAN para librar al mundo de las armas nucleares.

Tras los premios científicos y de literatura, se esperaba que el Nobel recompensara este año los esfuerzos para eliminar las armas nucleares o impedir su proliferación. El número de candidatos al Nobel de la Paz era de 318 este año.

El año pasado fue galardonado el presidente colombiano Juan Manuel Santos por su contribución a devolver la paz a Colombia tras más de medio siglo de conflicto.

No más Hiroshimas

La ICAN milita incansablemente desde hace casi 10 años por la supresión del armamento nuclear.

Impulsó un tratado histórico de prohibición de las armas nucleares que fue adoptado por 122 países en julio, aunque su alcance es sobre todo simbólico, dada la ausencia de las nueve potencias nucleares entre los firmantes.

Con motivo de la conmemoración del 70 aniversario del bombardeo de Hiroshima y Nagasaki, esta organización lanzó 6 de agosto de 2015 un vibrante llamado para decir basta a las armas nucleares.

«¡No más Hiroshimas, no más Nagasakis! ¡Prohibamos las armas nucleares!», reclamó entonces la ICAN.

Fundada en 2007 en Viena, durante una conferencia internacional sobre el tratado de no proliferación nuclear, la ICAN tiene su sede en Ginebra, en las instalaciones del Consejo Ecuménico de las Iglesias, otra organización internacional.

La organización, que cuenta con un presupuesto anual de 1,2 millones de francos suizos (1 millón de euros, 1,2 millones de dólares), funciona gracias a las ayudas financieras aportadas por varios gobiernos, como los de Noruega, Suiza, Holanda, Alemania o la Santa Sede, así como por donantes privados, la Unión Europea y fundaciones.

La ICAN cuenta con 424 organizaciones no gubernamentales asociadas en 95 países.

Gandhi y Martin Luther King

La organización trabaja a todos los niveles -nacional, regional e internacional- para alcanzar sus objetivos.

Numerosas personalidades apoyan la ICAN, entre ellas dos premios nobel de la Paz, el arzobispo sudafricano Desmond Tutu (1984) y Jody Williams, quien lo recibió en 1997 por la Campaña Internacional para la Prohibición de las Minas Antipersona.

La ICAN también cuenta con la simpatía de numerosos artistas, como Yoko Ono o el actor estadounidense Martin Sheen, quien no duda en afirmar que «si Gandhi y Martin Luther King estuvieran vivos, apoyarían la ICAN».

Recibirá el premio, que consiste en una medalla de oro, un diploma y un cheque de nueve millones de coronas suecas (1,1 millones de dólares, 945.000 euros) durante una ceremonia en Oslo el 10 de diciembre, aniversario de la muerte en 1896 del creador de los premios, el filántropo sueco e inventor de la dinamita, Alfred Nobel.