¿Que hoy es el día del amigo? ¿No fue ayer? ¿No será mañana? Y, después de todo: ¿Será?

Porque a menudo se le llama amistad a vínculos o relaciones que de amistad tienen poco y nada.

El diccionario de la Real Academia Española dice que la amistad es un “afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato”. Pero esta es una definición protocolar, de giro puramente lingüístico.

Los griegos, padres de la filosofía, entendían a la amistad como un vínculo que tenía su fuente en el amor. Por ejemplo Platón definió la amistad como un lazo entre las almas que persiguen un ideal. Es decir, la amistad no tiene nada que ver con el orden material o físico, sino con el orden espiritual y con el amor.

Y entonces la amistad es un verdadero compromiso que trasciende el mero afecto vincular; la amistad es algo sagrado que tiene sus raíces en el amor, fuente de todas las cosas. Para reafirmar el hecho del amor y el orden espiritual que tiene la amistad, es del caso recordar lo que decía Aristóteles:  “La amistad es un alma que habita en dos cuerpos; un corazón que habita en dos almas”.

Pero este tipo de amistad en una sociedad consumista, materialista, que todo lo mide en función del dinero, del poder, del cuerpo perfecto, del sexo, del interés puntual, se ha ido extinguiendo.

Creo que no son muchas las personas dispuestas a sacrificarse por el otro. Y no se trata ya de cumplir con ese sublime principio de Jesús: “Nadie ama más que aquel que da la vida por un amigo” (sólo El, perfecto, pudo hacerlo), se trata de que en ocasiones la amistad termina cuando empieza el bolsillo. Para ser más claro: la “amistad” (de barro) se desploma cuando una de las partes está en dificultades económicas y recurre al amigo, o cuando una de las partes le pide al otro un favor que le cuesta demasiado. “¡Y mirá, disculpame, pero se me hace imposible!”, dice el supuesto amigo, cuando en realidad es posible con un poco de esfuerzo y amor.

Y ni que hablar de esos que sabiendo que el amigo  siente soledad  son incapaces de acompañarlo si deben resignar algunas cosas personales.
Lo más tétrico en esto de la amistad, son esos “amigos” que se acercan cuando el otro tiene poder, dinero, influencias, pero acabado esta bonanza son rápidos para huir de su lado como ratas que ven hundirse el barco.
¿Qué hoy es el día del amigo? Bueno, no es cuestión de aguar el brindis, pero es cuestión de comprender  también que la amistad no es sólo un bar y burbujas.