El canciller iraní, Mohamad Yavad Zarif, negó hoy el visado de entrada a su país y calificó de «arrogantes» a tres legisladores republicanos de Estados Unidos que habían solicitado ingresar para comprobar la aplicación del acuerdo nuclear entre el país persa y las potencias del Grupo 5+1.

En una nota, el jefe de la diplomacia de la República Islámica respondió a la petición de los legisladores republicanos Mike Pompeo, Lee Zeldin y Frank LoBiondo, todos ellos acérrimos opositores al acuerdo nuclear, que en febrero habían solicitado un visado para ver de primera mano si Teherán cumple con los compromisos asumidos con el Grupo.

En su respuesta, Zarif indica a los republicanos que las autoridades iraníes consideraban su propuesta como «un truco publicitario» y no una acción «apropiada para pedirle a un Estado soberano» y que en consecuencia la visa no será autorizada, según informó la agencia de noticias EFE.

En su nota, el funcionario iraní recordó además a los tres legisladores que «pese a lo que parecen presumir, el Congreso de los Estados Unidos no es quien dicta las políticas de otros países» y les recordó que ser miembros de dicha cámara no los convierte en «autoridades globales».

Zarif, quien se formó íntegramente en los Estados Unidos, donde vivió durante años, apuntó que el Plan Integral de Acción Conjunta (como se denomina el histórico acuerdo), no reconoce que nadie por sí solo pueda vigilar su puesta en marcha, algo que incluye «a los Estados Unidos, y, ciertamente, a ningún ciudadano o funcionario de ese país».

También recordó que las visitas parlamentarias en todo el mundo, como por ejemplo las que se hacen para vigilar procesos electorales, son por invitación y en virtud de acuerdos bilaterales, que no existen entre Irán y EEUU, y no por propuestas «de individuos arrogantes».

Zarif recordó además que pese a lo que los congresistas anunciaron cuando presentaron públicamente su pedido de visado, en donde señalaron que las autoridades iraníes tienen libertad para viajar a los Estados Unidos, la realidad es que los funcionarios iraníes que viajan allí son autorizados a hacerlo «caso por caso y a través de un largo, selectivo e inusualmente complicado proceso» y solo para atender reuniones de organismos internacionales.

«Los diplomáticos iraníes que trabajan en Naciones Unidas o viajan a Nueva York para sus reuniones están restringidos a moverse en un radio de 25 millas desde Manhattan. Ese es el límite de la hospitalidad de la que presumen en su pedido de visado», añadió el ministro.

Zarif, que reúne más títulos universitarios estadounidenses que muchos de los legisladores que firmaron la misiva, apenas pestañeó al responder que «el mundo no son los Estados Unidos» y que sus leyes domésticas «no rigen las relaciones internacionales».

Ayer, Zarif había pedido al secretario de Estado norteamericano, John Kerry que Washington se implicara más para lograr que los bancos internacionales negocien con Irán, y ser más «proactivo» para que desaparezcan los «residuos psicológicos» relacionados con las sanciones nucleares, en reclamo por la lentitud con que ese proceso se encauza tras años de sanciones.