La Justicia de Córdoba investiga si vecinos de la capital provincial incurrieron en algún delito al golpear a dos «motochorros» que habían asaltado en forma violenta a una pareja.

Los delincuentes terminaron detenidos y debieron ser asistidos en un hospital por diversas heridas recibidas durante la golpiza a la que fueron sometidos.

El fiscal que intervino en el caso intenta determinar si hubo «excesos» en el accionar de los vecinos, aunque por el momento no hay imputados entre ellos.

El hecho se produjo el domingo pasado, en horas de la noche, y se inició cuando los «motochorros» abordaron a la joven pareja en el barrio Zumarán.

Los delincuentes le arrebataron la cartera a la mujer, a la que además golpearon porque opuso resistencia.

Los asaltantes emprendieron la huida en «U» con la moto y fueron embestidos intencionalmente por un taxista que había observado la escena.

La moto se desplomó y los dos ladrones cayeron al piso, donde fueron atacados a golpes y patadas por una turba integrada por al menos 50 personas.

«Yo no venía muy fuerte, los locos doblaron en ‘U’ y yo los agarré (con el auto) al medio», expresó Pablo, el taxista que venía con pasajeros.

«Les di un poco de cariño a los dos», remarcó en diálogo con un diario local. Un patrullero arribó al lugar y los policías, tras dispersar con esfuerzo a los furiosos vecinos, se llevaron a los delincuetnes, de 25 y 36 años, quienes tras ser asistidos en un hospital fueron llevados a la Cárcel de Bouwer.

Si bien por ahora no hay imputados, el fiscal que intervino en el caso, Marcelo Fenoll, advirtió, en declaraciones al diario La Voz, que los delincuentes «fueron golpeados más allá de las posibilidades de defensas que podrían sustentar».

«Si bien es cierto que a ambos autores del robo se les secuestraron objetos contundentes que podían servir como armas –como un destornillador y un cuchillo de mesa–, lo cierto es que al arribo de la Policía estos sujetos ya estaban prácticamente en un estado de inconsciencia», añadió el instructor.

Sostuvo además que lo que se tiene es un hecho de «detención privada», que es permitida por la ley, aunque ahora se investiga si hubo excesos en el uso de la fuerza por parte de vecinos.

«Una cosa es la fuerza idónea para detener a un acusado de cometer un delito, y otra es el exceso de esa fuerza», advirtió Fenoll.