«Aquí la gente pobre siempre vive en el ojo del huracán, es una lástima pero uno se acostumbra a perder todo una y otra vez», se resignó ante Télam un hombre desilusionado, Yorkin, de 52 años, evacuado de su casa en el barrio Capotillo, al norte de Santo Domingo, capital de República Dominicana, uno de las zonas más castigados en ese país por el huracán Matthew.

Junto a su mujer, Patria, y sus cinco hijos de entre 2 y 13 años, Yorkin esperaba -cuando la encontró esta enviada especial- que las condiciones meteorológicas mejoraran para poder regresar «y ver qué quedó en pie».

«Vivimos en una zona vulnerable y somos personas con bajos ingresos, por eso cuesta mucho empezar de cero», reconoció el hombre, que trabaja como mozo en un restaurante del centro de la ciudad.

El huracán Matthew es, ya, el más fuerte en azotar el Caribe en casi una década, y a su paso ha provocado la mayor crisis humanitaria en Haití desde el terremoto de 2010 y causado la muerte de al menos 17 personas, provocó inundaciones, desmoronamientos y daños en la zona sur de República Dominicana.

El barrio donde vive Yorkin suele inundarse cada vez que crece el contaminado río Isabela, que invade las rústicas casas con techos de zinc oxidado que bordean la orilla.

Calles sin asfaltar, falta de servicios públicos -como agua, luz o gas- y problemas de delincuencia afectan la vida diaria de las 87 familias que pueblan Capotillo, un barrio reconocido por sus altos niveles de delincuencia y violencia relacionados sobre todo al consumo de drogas, según cuentan sus mismos habitantes.

Mientras los chicos jugaban en uno de los precarios colchones donde duermen desde hace dos días en el Multiuso de Arroyo Bonito, uno de los 28 centros donde se asiste a las familias que debieron abandonar sus hogares, Patria esperaba que llegara el arroz con frijoles para el almuerzo.

«Nosotros vivimos en una zona llamada de ‘alto riesgo’ y Defensa Civil siempre nos saca de nuestras casas preventivamente cuando se avecinan lluvias o huracanes», contó la mujer con resignación.

En Capotillo, dos niñas de siete y nueve años murieron aplastadas al derribarse parte de sus viviendas a causa de las inundaciones, por lo que todo el barrio está dolido.

«Las conocíamos» -dijo Patria con lágrimas en los ojos-. Allá en el barrio todos nos conocemos, tengo hijos de sus mismas edades», agregó con un hilo de voz.

El huracán Matthew causó estragos en la República Dominicana, donde causó cuatro muertos -tres niños y un hombre de 55 años-, y más de 22.700 evacuados, y aisló 32 comunidades al sur del país.

«Esperaremos que deje de llover para regresar a nuestros hogares y comenzar una vez nuestras vidas, golpeadas y muy maltratadas siempre por la pobreza y el clima», completó Patria.

En tanto, el Centro de Operaciones de Emergencias (COE) mantiene el alerta roja para 20 provincias, entre ellas la ciudad capital, mientras que otras 11 siguen en alerta amarilla.

El director del COE, general Juan Manuel Méndez García, señaló que el alerta se mantiene por «condiciones de tormenta tropical desde la provincia de Barahona, al suroeste del país, hasta la frontera con Haití, y desde la Bahía de Manzanillo hasta la provincia Puerto Plata, en la costa norte de la República Dominicana».

En tanto, desde la Oficina Nacional de Meteorología (Onamet) señalaron a Télam que las lluvias continuarán al menos hasta mañana y que «se esperan hasta 500 milímetros o más de agua asociadas al ciclón tropical Matthew».

«Sigue vigente el alerta por inundaciones repentinas o graduales y deslizamientos de tierra para todo el país. El oleaje continuará peligroso en las costas caribeña y atlántica, en especial desde Peravia hasta Pedernales, donde hubo olas de más de tres metros», afirmó en diálogo con esta agencia Fermín Estévez, encargado del Centro de Pronóstico de la Onamet.

Estévez señaló que en las últimas 24 horas llovieron 170 milímetros, casi el promedio para el mes de septiembre, que es de 179 milímetros.

«Llovió en un día lo que habitualmente llueve en un mes», graficó, y recordó que las embarcaciones deben permanecer en los puertos por los «fuertes vientos y olas anormales» y que el uso de playas y los deportes acuáticos están prohibidos en todos los balnearios del país.

Por su parte José Luis Cruz, director de Gestión de Riesgo del Ministerio de Salud local, precisó a Télam que «de ayer a hoy aumentaron los centros de evacuados de 13 a 28».

«Sabemos que las lluvias seguirán hasta mañana, aunque éste es un fenómeno dinámico y hay que estar alertas», dijo el funcionario, quien agregó que luego de que las personas regresen a sus domicilios «habrá que estar atentos al brote de enfermedades, por lo que tenemos equipos preparados para enfrentarlos de inmediato».

El huracán Matthew, es el más poderoso del Atlántico en casi una década y alcanzó el viernes la categoría 5 en la escala Saffir-Simpson, con vientos sostenidos de hasta 240 kilómetros por hora.

Postergaron las elecciones presidenciales en Haití

El presidente del Consejo Electoral Provisional (CEP) de Haití, Leopord Berlanger, anunció hoy el aplazamiento de las elecciones generales previstas para el domingo próximo, debido a los daños ocasionados por el huracán Matthew, que mantenía el sur del país incomunicado y con miles de desplazados, y agregó que la semana que viene anunciará la nueva fecha en la que se celebrarán los comicios.

«Por ahora no podemos garantizar la distribución de los materiales (electorales) en todo el país», dijo el funcionario, que hasta el lunes último y pese al paso del potente huracán había garantizado la realización de las elecciones, cruciales para la estabilidad política y social de esta nación, aunque algunos medios locales informaron que había posibilidades de que se aplazaran.

«Sabemos que la situación del país es frágil pero tenemos que continuar con el proceso», señaló entonces en un comunicado el CEP.