Para el senador y cineasta Fernando “Pino” Solanas, 2016 fue un año de mucho trabajo. Logró que el Senado de media sanción a sus proyectos sobre la recreación de la Marina Mercante y la protección de humedales. Sus documentales sobre “El legado” de Juan Perón (con libro incluido) y el papa Francisco y su encíclica Laudato Si -a la que adhiere fervientemente- le abrieron por primera vez las puertas de las sedes de la CGT y el Consejo Nacional Justicialista. Sin embargo, apuesta a una construcción política con el peronismo disconforme por fuera del PJ, propone conformar una “cuarta fuerza” para contraponerla a la propuesta de neoliberal y neocolonial de Cambiemos, del kirchnerismo y de las vertientes peronistas como el massismo, que, dice, “han hecho un seguidismo permisivo del macrismo”. Considera que el nuevo movimiento deberá integrar a los independientes pero ya no podrá ser encabezado por el progresismo o el centroizquierda, que ha sido “derrotado”.

–¿Cuál es su evaluación en lo personal de este año? 

–Fue importante y de mucha actividad de la comisión que presido, de Ambiente Sustentable: se dio media sanción a los proyectos de humedales, cambio climático y recreación de la Marina Mercante.

–¿Qué perspectivas tienen de convertirse en ley?

–Es incierto: solo el 10 por ciento de los proyectos que se aprueban en el Senado se convierten en ley. El de la Marina Mercante lo trabajamos en conjunto con otros proyectos similares de diputados y consensuado con muchos sectores. Considero que puede salir. En el de los humedales el lobby de los grupos económicos e inmobiliarios hizo circular una serie de mentiras en contra de una ley que establece un inventario y la autorización para cambiar su actual explotación. El humedal es la principal barrera de defensa contra las inundaciones y principal reservorio de agua dulce, el gran tesoro de la humanidad que se acaba.

–Su trabajo que rescata “El legado” de Perón tuvo escenarios antes impensados para usted como la CGT ¿Cómo lo vive?

–Sí, el Salón Felipe Vallese de la CGT. En el mismo lugar presentamos una pequeña película que filmé cuando fui a ver a Francisco el 17 de octubre, que incorpora fragmentos del extraordinario discurso del Papa a los movimientos sociales. También me invitaron del Movimiento Evita a presentar el libro “El legado”, en la sede nacional del Partido Justicialista. Fue la primera vez que entré ahí. Como decía Perón ‘hay de todo en la huerta del señor”.

–Siempre se proclamó peronista pero su historia política la construyó por fuera del PJ…

–No me invitó el Consejo Nacional, sino una agrupación que lo integra. Para Perón, el Partido Justicialista era solo un instrumento táctico para una elección, pero lo que le importaba era el Movimiento, que eran las organizaciones del pueblo.

– Pero este acercamiento, el lugar cedido por la CGT o el apoyo del PJ a sus proyectos en el Senado ¿pueden cambiar ese rumbo?

–Mi película o el libro “El legado” muchos la comentan pero no la leyeron. Lo mismo pasa con la encíclica papal Laudato Si, que es una crítica al capitalismo global y a la sociedad de consumo demoledora, que la podría firmar un ideólogo de izquierda. Solo lo han hojeado… muchos por prejuicio hacia el Vaticano, que tiene su historia por supuesto, otros porque creen que es solo un documento interno de la Iglesia o porque no son católicos.

–¿Cuál es el futuro político de Solanas?

–No se pueden armar más frentes electorales por repartos de cargos o posicionamientos de poder político. Tenemos que construir alrededor de 10, 15, causas nacionales de contenidos independentistas y emancipatorios. Hay que construir una cuarta opción, por fuera de Cambiemos, el kirchnerismo y el massismo. Todos los espacios políticos están en crisis. Hay que dar vuelta la república neoliberal y neocolonial que nos gobierna.

– Su última experiencia frentista fue UNEN y terminó en un fracaso ¿Qué fuerzas podrían integrar ese cuarto espacio?  

–Por supuesto que terminó mal, pero todas esas cosas son experiencia. El que hace puede cometer errores, el otro es el analista, que hace la crítica de afuera. El peronismo que no se siente representado en el kirchnerismo o en el Frente Renovador y otras variantes que surgieron, la enorme masa de independientes y aquellos que están solos y esperan o progresistas desconformes de todo tipo. Pero tiene que haber un debate y un gran pacto fundacional.

 

Un aplazo para el Gobierno

—Mauricio Macri calificó su gestión con un 8. ¿Usted qué nota le pondría?

–Es antipático esto de las notas, pero lo aplazaría por la mediocridad y el fracaso. Es un rotundo fracaso económico no solo por su improvisación sino porque vuelve a recetas que no funcionaron ni con (Domingo) Cavallo ni con (Alfredo) Martínez de Hoz. No se puede gobernar y mucho menos crecer con deuda. El plan Macri es exactamente lo contrario de lo que fue el proyecto nacional a lo largo de la los 200 años de historia argentina.

–¿Y en lo institucional?

–Uno de los reclamos que de ese 20 por ciento de votos que tuvo de regalo en la segunda vuelta era calidad institucional y transparencia: Macri asumió devolviendo favores a los sectores económicos que lo habían apoyado y anulando por decreto leyes nacionales y burlando la Constitución, como ley de medios. Tenemos un Presidente que se ríe de los argentinos, la Justicia y el Parlamento con el piedra libre para blanquear los bienes de su familia. Es de una grosería inadmisible. También cambió por decreto la ley de extranjerización de tierras.

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