Por Aldo Battisacco desde Buenos Aires (enviado especial)

Como si se tratara el drama del Hammlet, dijo Ricardo Alfonsín: «Hay que dar un profundo debate en el radicalismo para saber que es este partido», habló de la debilidad de la UCR en Cambiemos y reconoce una «autoherencia», incluso, algo agobiado y gesticulando preocupadamente, remató «no seré candidato de mi partido hasta que cambie de actitud con Cambiemos».

En diálogo con Conclusión, el hijo del ex presidente se despacha inusualmente y muestra sus diferencias sin especular, a pesar que prefiere no dar nombres. No tan lejos del documento que compartió con su correligionario Juan Manuel Casella en la cumbre partidaria de Villa Giardino , Córdoba -en febrero- vuelve a la carga, esta vez no será aquella calificación hacia la cúpula de la UCR que va camino a la «oligarquización» y «la perdida de los valores fundacionales de la UCR», aunque remite elipticamente y la roza.

Ricardo Alfonsín explicó que la reunión del miércoles pasado en el hotel Savoy de Ciudad Autónoma de Buenos Aires (C.A.B.A) «fue buena, se dijeron muchas cosas que están pasando que pasaran seguramente muchas más en la UCR, porque nuestro partido no es un cuartel, ni un regimiento y no es un institución que otorga facultades a quienes lo conducen para que se autonomicen de sus representados».

Seguidamente caracterizó sin pestañear: «Creo que no hubo nunca una conducción nacional al frente de la UCR, tan distanciada de lo que son las ideas del partido. Hay que dar una discusión, hay que hacer algo parecido a lo que hizo el Partido Socialista Español, dar un profundo debate en el radicalismo para saber que es este partido y que significa».

— ¿A que apunta diputado?

— Tenemos que saber a que sectores quiere representar la UCR, y en función de este debate decidir quién nos van a conducir, incluso de qué forma se manejará dentro de Cambiemos para ser más útil a la población. No nos tocó gobernar, pero si representar a la ciudadanía, tenemos que tratar de ser útiles al todo y cuidar los derechos de los trabajadores, para que no se los flexibilicen, a los jubilados que necesitan que el Estado les garantice sus ingresos. Necesitamos a los docentes jerarquizados, defender a las pymes, a los que quieren un país industrializado, defender al sistema público de salud a sus trabajadores, y a los agentes del sistema.

— ¿Que radicalismo anhela y de que forma cree que puede transformarlo?

— Me gustaría que la gente vea al radicalismo haciendo estas cosas y no solo un partido preocupado por ocupar cargos, que hay que hacerlo, porque no hay que ser testimonial, pero al servicio de las ideas. Para ello es necesario dar el debate. Si existiese una elección o plebiscito para que participen los radicales opinando acerca de si están conformes con el rol que cumple el partido dentro de Cambiemos, ganarían aquellos que pedirían que la Unión Cívica Radical tenga un rol más activo . Sobre todo en lo que respecta a las decisiones que se han tomado y las hubo con buena intención. Pero no son las que hubiera tomado el partido. Porque creemos que lo que se decidió no fue lo más adecuado para el pueblo. Además, se hubieran evitado algunos errores si el partido hubiese hecho lo que dijo que iba a hacer -que no lo hizo- tratar de involucrarse en las decisiones.

— Piensa convocar una nueva instancia similar a la que se dio en Villa Giardino o La Plata para discutir con más profundidad el rescate de la historia de la UCR?

— Si, son discusiones que se pueden ir dando paralelamente. Somos un partido político y un conjunto de ideas, no nos da lo mismo defender cualquier idea, y nuestra obligación es tratar de aportar a la solución de los problemas de la gente diciéndole al gobierno esto que están haciendo está mal.

— ¿Como ve al país?

— Estamos en una Argentina complicada, hay una autoherencia en 2015 heredamos una situación difícil tanto como en el 2015, porque teníamos un atraso cambiario que perjudicaba la economía, había inflación y déficit, ahora la situación es parecida, tenemos un tipo de cambio muy atrasado, equivalente al de 2015, que era el más atrasado de toda la década kirchnerista, tenemos déficit gemelos, comercial y fiscal crecientes, tenemos un proceso inflacionario que no logramos controlar, al que se agrega la recesión, que se esta bajando porque se controlan las tarifas, pero esto no se puede sostener, de esto no se sale fácilmente. Hay que despertar la ilusión y la confianza de la sociedad en cuanto que la dirigencia política es capaz de ponerse de acuerdo y resolver en el menor tiempo posible los problemas de los que más sufren.

— Desde que lugar llegará esta transformación si…

— Las decisiones que hay que tomar se dan con un fuerte liderazgo, y solo pueden existir estas condiciones si somos todos capaces de comprometernos en la gestión. El gobierno debería convocar a las distintas fuerzas políticas a un gobierno de unidad para que seamos capaces de pensar de ahora en más con un gobierno de cohabitación plural, sino, será difícil resolver los problemas que tiene los argentinos.

— ¿Que más le pediría al PRO?

— Que cree un espacio hacia adentro de Cambiemos en el que se pueda opinar antes que se tomen las decisiones. Nuestro partido no reclama. Es lo que explica cómo se han cometido los errores que tanto han perjudicado a la ciudadanía. Lamentablemente el partido no tuvo el valor o la convicción de reclamar ese espacio. Yo creo que si le hubiésemos pedido al PRO que nos escuche, lo hubieran hecho. Lo que pasa es que puede generar tensión decir lo que pasa, sugerir otras medidas puede ocasionar molestias.

— ¿Será necesario un gran acuerdo nacional?

— No importa como se llame, es necesario un gobierno de unidad nacional nadie es dueño de la verdad y que todos actúen con humildad. El gobierno y la oposición, Que se dejen de discutir en público las candidaturas y que se discutan las propuestas, para saber cómo vamos a resolver los problemas que ya tenemos, que son muchos.

— ¿Doctor Alfonsín hace usted un diagnóstico similar al de Roberto Lavagna, cuando sostiene que las políticas actuales semejan las de la década del 90?

— Siempre hemos compartido y coincidido con Lavagna, creo que en el PRO existe la idea de que cuanto menos intervenga la política o los gobiernos en la economía, mejor para la economía y la gente, no es que sean perversos. Pero nosotros creemos exactamente lo contrario. Y la verdad es que la experiencia histórica reciente -y no tanto- demuestra que tenemos razón los que creemos que cuando el Estado no controla se cometen abusos que en general por no decir siempre termina perjudicando a los sectores más débiles de la sociedad. Decía que a mí me preocupa un discurso que se escucha mucho por estos momentos que corresponde a analistas y economistas. Ellos hablan de la necesidad de modernizar la condiciones de trabajo y los convenios colectivos, creo que en el fondo proponen flexibilizarlos laboralmente y ya sabemos que eso no genera ningún beneficio, no trae inversiones y que en todo caso significa sacrificar derechos adquiridos y renunciar a aspiraciones que aún no se han transformado en derechos para los trabajadores. A esto no podemos renunciar, la UCR tiene que estar atendiendo con responsabilidad y atendiendo las restricciones que impone la realidad al mundo del trabajo.

— ¿Quiere ser candidato?

— No lo seré, hasta que mi partido no cambie de actitud, y no advierta que tiene que hacer lo que dijo y lo que es más importante, representar a la gente, no lo haré. Hay que tomar una actitud más activa. Porque es una manera de ayudar a Cambiemos. No hay que esperar a que a Cambiemos le vaya bien,  hay que trabajar para que haga las cosas bien. Mientras mi partido no se decida actuar para esto, yo no seré candidato, para decir todo que sí, no. Para eso habrá otros que lo puedan hacer mucho mejor que yo, yo voy a trabajar para que mi partido vuelva a representar lo que debe representar y ver que hacemos en 2019. Un partido político no se crea porque un conjunto de hombres y mujeres descerebrados y sin ninguna idea se reúna para crear una herramienta electoral a partir de la cual puedan acceder a los cargos, no. Un partido político es un conjunto de ideas, acerca de cómo organizar la sociedad y un conjunto de programas que pretenden materializar esas ideas. Y los cargos son los instrumentos. Lo principal son las ideas, parece que en Argentina esta situación se viene subvirtiendo y así lo principal pasa a ser lo accesorio, les digo: A mí no me cuenten en la política de esa manera.

 

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