A la crisis azucarera se sumará un nuevo componente: las paritarias. Está previsto que los gremios y el Centro Azucarero Argentino (CAA) inicien el próximo miércoles las negociaciones salariales de este año, a casi un mes de la apertura de la zafra en el país. La mesa de diálogo se establecerá en Buenos Aires, en la que se expondrán las exigencias y realidades de ambas partes.

Con ese objetivo, los sindicatos, entre ellos la Federación de Empleados de la Industria Azucarera (Feia) y la Federación Obrera Tucumana de la Industria Azucarera (Fotia), coincidieron en requerir una recomposición de los haberes de más de un 35% e ir a la carga por mejores condiciones laborales al acusar “precariedad laboral”.

En la actualidad, el salario básico en la actividad es de $ 7.700 y ascendería a casi $ 10.400, en caso de un acuerdo sectorial.

“Sabemos que estamos ante una negociación complicada, pero nosotros, los trabajadores, no somos culpables de la caída del precio del azúcar. No aceptaremos ese discurso, ya que la inflación también nos afecta. Y si vemos que no podemos avanzar en la paritaria, la posición de todos (por los gremios) será tomar las medidas que deban tomarse. Toda la vida escuchamos el lamento de los industriales, pero vamos a defender a rajatabla los intereses de los trabajadores”, expresó ayer Juan Correa, secretario general de Feia.

“No queremos que se extienda la negociación como ocurrió el año pasado. Nos disponemos a avanzar porque hay ingenios que comenzarán (la zafra) a mediados de mayo. Además, hay cañeros chicos que trabajan un mes, un mes y medio: cuando la paritaria termina, el trabajador de ese productor ha tirado toda la caña y se queda sin nada. Por eso no queremos dilatar la negociación”, insistió el sindicalista.

Los gremios se quejaron por las actuales condiciones de trabajo en los ingenios. “Tucumán casi se ha quedado sin trabajadores permanentes”, enfatizó Correa, quien agregó que el 80% del personal es temporario en estos momentos. En esa línea y en simultaneidad con los sindicatos de las fábricas de Jujuy y Salta, los gremios locales solicitarán que aquellos trabajadores permanentes que se jubilen sean reemplazados por obreros de las mismas características, y no con contratos de tipo temporario.

Correa argumentó que encararán incrementos para siete meses en salario, en promedio, y no 12 meses. “Los ingenios están produciendo más con menor cantidad de trabajadores”, enfatizó.

La tercerización de los servicios y la falta de recategorización serán los otros puntos que se plasmarán a nivel nacional, según indicaron los dirigentes.

“El índice de inflación de 2015 será similar al del año pasado. Por eso, este congreso sindical nacional trabaja para establecer el pedido salarial y de condiciones de trabajo. Y tenemos tres parámetros: la canasta familiar básica, las prestaciones médicas asistenciales (PMO) y, justamente, la inflación. El impacto de esas variables se sentirán desde el 1 de julio hasta el 31 de diciembre, debido a que en ese lapso tendremos siete aumentos (en referencia a los incrementos por celebraciones fijas)”, enfatizó el secretario general del sindicato de trabajadores de El Tabacal, Martín Olivera.

La postura empresarial

El presidente del Centro Azucarero Argentino, Fernando Nebbia, destacó que la negociación salarial es un tema de igual importancia para el sector, dentro de las actuales circunstancias del mercado. “En el escenario por el que atraviesa la actividad, hablar de esos porcentajes parece que es un poco excesivo. No es reconocer la realidad del sector. Acá, no puede echarse la culpa a Juan o a Pedro. La dificultad más grande que hay se registra en el mercado internacional. Por ello, no es responsabilidad de los 20 ingenios de la Argentina. Tenemos problemas por el fortalecimiento del dólar, la devaluación de Brasil y el incremento de la producción mundial, que han conspirado contra los valores internacionales, donde tienen que ir los excedentes (azúcar) para el fortalecimiento del precio interno”, manifestó.

El directivo hizo hincapié en que se “escuchará atentamente” el pedido salarial, aunque pidió que prive la racionalidad “si no se quiere matar a la gallina de los huevos de oro”. “Los porcentajes (superiores a un 35%) están alejados de nuestras capacidades”, finalizó.

Un partido propone Financiamiento y alícuota cero de ingresos brutos, entre otros puntos 
Mario Koltan, precandidato a gobernador provincial, y su equipo técnico plantearon la necesidad de dar una “financiación con tasas ínfimas a cañeros chicos y medianos que soportan una crisis financiera complicadísima”. “Con esto se evitaría que los cañeros malvendan el azúcar presionando a la baja aún más al precio, producto de una sobreoferta”, expresó el dirigente. Esa iniciativa fue incluida en una nómina de propuestas de ese espacio político. Además, propuso “establecer un sistema de maquila para la fabricación de alcohol, que en la actualidad no participan los cañeros”; “impulsar la alícuota cero en el pago del impuesto a los Ingresos Brutos para la producción de caña de azúcar”, y fomentar a través de los diputados y senadores nacionales de Tucumán, la reducción de la alícuota del IVA de un 21% a un 10,5%, entre otros puntos que han coincidido con programas sectoriales, como el de los cañeros.
La Fotia cree que la situación debe revertirse por su impacto socioeconómico
“La crisis azucarera vino con intenciones de quedarse”, remarcaron la Federación Obrera Tucumana de la Industria Azucarera (Fotia) y otros gremios del sector. En esa línea, el sector sindical enfatizó que el Gobierno provincial “no debe excluirse” de las actuales dificultades de la agroindustria de la provincia. “Hacerlo sería desconocer que esta actividad está interrelacionada con la economía provincial, al generar 30.000 puestos directos de trabajo. Paralelamente, sería someter a la condición de desamparo a 6.000 cañeros y a la agroindustria azucarera tucumana. El quebranto puede ser solucionado”, dijeron las organizaciones en un comunicado firmado por Roberto Palina, titular de Fotia, entre otros dirigentes. En la nota, las partes cuestionaron el incumplimiento de algunas medidas, como el control sobre el esquema de “contratistas” y el mercado “negro”.