La Gendarmería Nacional le entregará a la Justicia a fin de este mes el informe con las conclusiones recogidas en torno a la reconstrucción de la muerte del fiscal Alberto Nisman, quien fue encontrado en el baño de su casa muerto de un disparo en la cabeza el 18 de enero de 2015.

Aunque algunas fuentes vinculadas a la investigación aseguraron que el informe dirá que «Nisman no se suicidó», el fiscal Eduardo Taiano, que fue quien ordenó el informe, todavía no recibió las conclusiones, según informaron fuentes judiciales.

El informe -elaborado por una la junta interdisciplinaria compuesta por 23 especialistas de Gendarmería y por peritos de parte- será entregado después del 20 de septiembre, según informaron a Télam fuentes con despacho en los tribunales de Comodoro Py.

El informe final será el producto de seis meses de deliberaciones que derivaron en una recreación del escenario de la muerte Nisman, realizada ayer en un escenario similar al baño en el que fue encontrado, montado para la ocasión en el edificio Centinela, de la Gendarmería.

La junta interdisciplinaria, que se reúne todos los miércoles, fue dirigida por los comandantes mayor Orlando Caballero y Alejandro Piñeiro, y contó con la participación de peritos de parte de las querellas de la madre de Nisman y de las hijas, y de la defensa del perito informático Diego Lagomarsino.

Uno de los peritos por parte de Lagomarsino, Mariano Castex, solicitó una licencia semanas atrás por «motivos personales», aunque Télam pudo reconstruir que se distanció del caso porque entendía que había «irregularidades» en el desarrollo de la junta.

Fuentes de la investigación informaron a Télam que se estima que habrá al menos dos informes: uno de mayoría, firmado por los especialistas de la Gendarmería y por los peritos de las querellas, y otro de disidencia, con conclusiones distintas, de la defensa de Lagomarsino.

El fiscal del caso Amia fue hallado muerto en el baño del departamento que habitaba en Puerto Madero el 18 de enero de 2015, cuatro días después de denunciar a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner por el presunto encubrimiento de los iraníes acusados por el atentado a la Amia.

Nisman estaba tirado sobre un charco de sangre y bajo su cuerpo estaba el arma desde la cual había salido el disparo que le perforó la cabeza: la pistola calibre 22 era propiedad de Lagomarsino, que le dijo luego a la justicia que el fiscal se la había pedido prestada.