Por Sakher Abou El Oun para NA

Los palestinos preparaban nuevas protestas este sábado cerca de la frontera de Gaza con Israel, después de que el ejército israelí matara a 16 palestinos la víspera en una gran manifestación y enfrentamientos, en el día más sangriento desde la guerra de 2014.

Los manifestantes volvieron el sábado a las tiendas de campaña que levantaron cerca de la frontera con Israel, antes de reanudar su protesta que se extenderá durante seis semanas en este enclave.

Ese movimiento de protesta fue convocado por la sociedad civil para exigir el «derecho de retorno» de los refugiados palestinos y denunciar el bloqueo impuesto por Israel a Gaza.

Miles de personas asistieron este sábado a los funerales de las víctimas del viernes, portando banderas palestinas, mientras algunos gritaban eslóganes pidiendo «venganza».

Además, una huelga general fue convocada para este sábado en los dos territorios palestinos, la Franja de Gaza y Cisjordania ocupada.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, pidió una «investigación independiente y transparente» sobre los cruentos enfrentamientos del viernes en la Franja de Gaza.

El Consejo de Seguridad de la ONU se reunió de urgencia el viernes para analizar el estallido de violencia en Gaza, pero no llegó a un acuerdo sobre una declaración conjunta.

– Ingresar en Israel –

Israel defendió la acción de sus soldados cuando el viernes abrieron fuego contra los palestinos que se acercaron a la fortificada valla fronteriza entre la Franja de Gaza e Israel.

Los militares israelíes alegaron que dispararon solamente cuando fue necesario, mientras «los alborotadores hacían rodar neumáticos en llamas y arrojaban bombas incendiarias y piedras a la valla de seguridad y a las tropas» israelíes, según indicó un portavoz militar, que estimó que hubo el viernes unos 30.000 manifestantes.

Fuentes militares israelíes adujeron también que hubo intentos de dañar la valla y de infiltrarse en territorio israelí.
Pero los palestinos acusan a Israel de hacer un uso «desproporcionado de la fuerza» y las organizaciones de derechos humanos cuestionaron la utilización por parte de Israel de balas reales.

Además de los 16 muertos, los enfrentamientos dejaron más de 1.400 heridos, 758 de ellos por disparos y el resto por balas de goma o inhalación de gases lacrimógenos, según el ministerio de Salud de Gaza.

No hubo víctimas o heridos del lado israelí.

– El mundo debe intervenir –

Las manifestaciones durarán seis semanas y fue convocado por la sociedad civil para exigir el «derecho de retorno» de los refugiados palestinos y denunciar el bloqueo impuesto por Israel a Gaza.

El presidente palestino Mahmud Abas declaró el sábado día de luto nacional y en un discurso responsabilizó íntegramente a Israel de las muertes producidas el viernes.

«El gran número de mártires (muertos) y de personas heridas en estas manifestaciones populares y pacíficas demuestra que la comunidad internacional debe intervenir para asegurar la protección de nuestro pueblo palestino» dijo Abas.

En cambio un portavoz del ejercito israelí calificó el sábado los acontecimientos de la víspera de «actividad terrorista organizada».
Acusó además al movimiento islamista Hamas, que controla la Franja de Gaza y ha librado tres guerras contra Israel desde 2008, de estar detrás de las manifestaciones.

La «gran marcha por el derecho de retorno» coincidió además con el «Día de la Tierra», un homenaje que se rinde anualmente cada 30 de marzo a seis árabes israelíes muertos en 1976 en manifestaciones contra la confiscación de tierras por Israel.

Los árabes israelíes son los descendientes de los palestinos que se quedaron tras la creación del Estado de Israel en 1948.

Otro de los temas de enfrentamiento entre israelíes y palestinos es el estatus de Jerusalén, aún más desde que el presidente estadounidense

Donald Trump decidiera reconocer la Ciudad Santa como capital de Israel y trasladar allí la embajada de Estados Unidos.

Por su lado, el ejército israelí afirmó haber desplegado importantes refuerzos en la frontera para impedir infiltraciones durante la celebración de Pésaj, la Pascua judía, que se celebra a partir del viernes por la noche.