El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se solidarizó hoy con las víctimas de la masacre en el boliche gay de Orlando, aseguró que «fue un acto de terror y de odio» e informó que el FBI está investigando el tiroteo como un «posible acto de terrorismo».

En un corto mensaje televisado, Obama además vinculó el tiroteo con su frustrado intento de regular la venta de armas en Estados Unidos y sostuvo que lo pasó hoy en Orlando «es otra prueba que nos recuerda lo fácil que es para una persona conseguir un arma y atacar en un cine, una escuela o un boliche. Tenemos que decidir qué tipo de país queremos ser».

El tirador, dijo, «era una persona llena de odio y en los próximos días descubriremos por qué y cómo sucedió esto».

El mandatario subrayó que se trata del «tiroteo más letal en la historia» de Estados Unidos, en una declaración efectuada tras reunirse con el director FBI y sus asesores en materia de seguridad nacional.

«Todavía estamos conociendo los hechos», apuntó Obama, al confirmar que el FBI investiga la masacre como «un acto de terrorismo».

El presidente ordenó también que las banderas queden a media asta en la Casa Blanca y todos los edificios federales hasta el anochecer del 16 de junio «como señal de respeto por las víctimas del acto de odio y terrorismo»