Nicolás Silva, el joven de 28 años que se encontraba desaparecido desde el 4 de octubre, fue hallado asesinado dentro de una valija en el placard de un departamento ubicado en el porteño barrio de Monserrat.

Así lo confirmaron los familiares de la víctima, quienes realizaron el correspondiente reconocimiento del cuerpo en la Morgue Judicial.

El cadaver fue hallado este domingo, envuelto en un plástico transparente y con la cabeza dentro de dos bolsas de residuo negras, en el cuarto piso de un edificio de la calle Venezuela al 1200. La propiedad pertenece a un empleado de seguridad de la empresa Gruspa, identificado como Pablo Reyes, que se dio a la fuga.

En tanto, pudo saberse que los policías que participaban de la búsqueda de Silva desde el 4 de octubre último estuvieron en dos oportunidades en el departamento 4º “A” de ese edificio, donde vivía el prófugo de 35 años y ayer apareció el cuerpo.

“En ninguna de esas dos ocasiones se hizo un allanamiento a fondo porque nada hacía presumir que allí hubiera un cadáver. Se trató de una identificación de domicilio, en la cual el dueño del lugar permitió el acceso a los policías”, dijo a Télam uno de los investigadores.

La misma fuente contó que cuando al empleado de seguridad que presta servicio en el edificio donde funciona la redacción de la agencia Télam y que ahora está prófugo le preguntaron por Silva, “primero dijo no conocerlo, pero cuando le exhibieron una foto admitió que era el ‘arbolito’ que había estado en su casa cambiándoles una suma de dólares”.

Maximiliano Silva, hermano de la víctima, contó hoy en declaraciones a radio Belgrano que sabía que a la casa de Reyes “ya habían ido” los policías que buscaban a su hermano en el marco de la causa que investigaba el fiscal del distrito de Núñez-Saavedra, José María Campagnoli.

«El hombre primero dijo que no conocía a mi hermano y después se quebró y dijo haberle cambiado 1.500 dólares», contó Maximiliano, quien esta mañana era uno de los familiares que fue a la morgue judicial a realizar el reconocimiento.

Si bien los investigadores anoche no podían confirmar con la certeza necesaria si se trataba del «arbolito» por el estado de descomposición que presentaba el cuerpo, ya  se creía que el cadáver pertenecía a Silva por la ropa que llevaba puesta y porque la estimación de la data de muerte coincidía con el tiempo que el empleado de la financiera llevaba desaparecido.

Los detectives determinaron que el cadáver tenía colocado un chaleco inflable azul, remera a rayas, pantalón de jean azul y zapatillas marca Nike, la misma vestimenta que tenía puesta Silva cuando desapareció llevando consigo la suma de 70.000 pesos.

Por el caso, permanecen detenidos la esposa de Reyes, Brenda Blanco Rondón (39), de nacionalidad peruana, quien encontró el cadáver y llamó a la policía ayer por la tarde; y el padre de Reyes, llamado Antonio. Ambos serán indagados esta tarde en el Palacio de Tribunales por el juez de instrucción 3, Guillermo Carvajal, y el fiscal Sandro Abraldes, quienes están a cargo de la causa del homicidio.

Blanco Rondón le dijo a los investigadores de la comisaría 4ta. de la Policía Federal de la Ciudad que desde hacía una semana sentía un olor fuerte y que creía que se trataba de las heces del perro labrador de la familia, pero que al limpiar un placard de tres puertas sacó tres valijas y debajo de ellas encontró el cadáver.

La mujer precisó que su marido, empleado de la empresa de seguridad Gruspa, se había ido horas antes de la vivienda tras una pelea conyugal y que no sabía nada de él porque había dejado en el lugar su teléfono celular.

Un vecino del tercer piso, ubicado debajo del departamento del hallazgo, les indicó a los policías que desde el 15 de octubre se le filtraban líquidos compatibles a los cadavéricos.

Los pesquisas esperaban que los expertos del Cuerpo Médico Forense puedan hoy realizar la autopsia para determinar la causa de muerte, ya que ayer se trasladó el cuerpo tal como fue hallado para que no se pierda ninguna evidencia y no se pudo observar si estaba baleado, acuchillado o si presentaba algún tipo de lesión específica.