Por Candelaria de la Cruz

“Todo comenzó cuando me postulé como delegado en el año 2012, pedimos estar presentes en el momento de la votación para que no haya fraude. En ese momento representantes gremiales y de Recursos Humanos nos pidieron que no retiremos amenzándonos con llamar a la policía…”, así comenzó el relato de G.J.B, un ex empleado del complejo de juego de azar más importante de la ciudad.

De esa manera, el joven advirtió que al igual que sus compañeros, sufre una situación «desesperante» en cuanto a las condiciones laborales. Enfermedades, persecución laboral, agresiones y discriminación sindical son algunas de las problemáticas que esconden las herméticas paredes de la sala de juegos de azar.

G.J.B dialogó con Conclusión y denunció que fue despedido sin causa. En ese momento, la empresa no tenía delegados, por ello, el joven y un compañero decidieron postularse en representación del sindicato de Aleara, -gremio que nuclea a los trabajadores del Juego de Azar-, pero la noticia no cayó bien dentro del complejo que pusieron todas las trabas necesarias para evitar la asunción de los postulantes que habían sido elegidos por la mayoría de los votos, dejando sólo seis delegados para casi mil empleados que trabajan 24 horas todos los días con diferentes horarios y sectores.

“Según la Ley Ley 23.551, todos los trabajadores tienen derechos a sindicalizarse, elegir dónde y desafiliarse si así lo desean”

Según contó, en la votación abundaron las irregularidades. Con urnas que iban y venían, comenzaron una serie de «amenazas» y “aprietes” que terminó con la desvinculación de varios empleados.

Denuncias y represalias

Un mes después de la votación, los delegados elegidos se presentaron ante la sede central de Aleara donde reclamaron las irregularidades con los trabajadores. El mismo pedido lo hicieron frente al Ministerio de Trabajo.

La respuesta, según cuentan los implicados, fue unos meses después “con una amenaza de muerte en los pasillos de la empresa”.

En Argentina, desde el año 1988 rige la Ley 23.551 de Asociaciones Sindicales, es decir, “todos los trabajadores tienen derechos a sindicalizarse, elegir dónde y desafiliarse si así lo desean”. Motivados por ese derecho, los trabajadores decidieron crear su propio sindicato y a partir de ese momento comenzaron los despidos.

Enfermedades, adicciones, propinas y despidos masivos

En la provincia de Santa Fe se contabilizan entre 700 y 800 despidos hasta el día de hoy y la mayoría de ellos, sin causa.

Según informó a Conclusión el abogado laboralista, Jorge Elizondo, en muchos de los casos, se hacen a través de “una práctica” habitual que “no esta fuera de la ley” pero en la cual no notifican al trabajador, por lo tanto, “te niegan el derecho a defensa”. Es decir, el trabajador no se entera qué pasó ni cuáles son las causas.

En ese sentido, varios trabajadores de la sala de juego local afirman que al momento de dejarlos sin trabajo fueron agredidos y sacados a la fuerza de la empresa sumado a un juicio de desafuero a delegados gremiales.

Son numerosas las denuncias de trabajadores de este tipo de actividad, pero pocos se animan sacarlo a la luz por medio a represalias.

Inconvenientes físicos, psicológicos y hasta adicciones son problemáticas que abundan en las salas donde el hermetismo es total.

Según cuentan los ex empleados, los trabajadores padecen lumbalgias y problemas de columna, sobre todo quienes trabajan de croupiers. Otra de las situaciones tiene que ver con estrés laboral y aseguran que para ninguna e ellas e les da tratamiento.

   «El juego de azar no genera cosas buenas”

También existen adicciones a los medicamentos que tienen que tomar para superar estas dolencias y una de las más grave, la ludopatía.

“El convenio colectivo de trabajo dice que no se le permite al trabajador jugar a menos de 100 km del lugar del trabajo, por esos se van al Casino de Victoria o al de Santa Fe y eso comienza a generar la adicción. Abunda la drogodependencia, al ser turnos rotativos, el estar parados. El croupier se estresa mucho, por la gente, la presión, la mayoría está parado, la mala alimentación y su cura es una Bayaspirina, por eso hoy en día se ven personas enfermas donde las aseguradoras hacen un papel totalmente nulo.

«Las licencias no existen, si te dan un mes de licencia, ellos te dan una semana”, señaló G.J.B

En tal sentido, Elizondo afirmó: “Los daños psíquicos en el trabajo son cada vez más importante y cada vez se reconoce menos, los riesgos psicosociales como es el estrés, el acoso laboral, el “Burnout” o síndrome del quemado son habituales y en la práctica las ART no se hacen cargo”.

Algo similar ocurre con “la caja de empleados”. Según el artículo 103 de la ley de contrato de trabajo, la propina es sueldo y el convenio 95 de la Organización Internacional del trabajo, avala eso. En este caso es un salario colectivo que la empresa se lo apropia y el trabajador no tiene control sobre su dinero.

“Cada trabajador recibe una propina que en este caso son fichas, todas esas van a un cajón y al finalizar la jornada se cuenta, pero no te muestran cuales son realmente los números., todos lo meses recibís la misma propina y eso es imposible.

Cuando nosotros quisimos comenzar a controlar la propina es donde se empezó a agudizar el conflicto. El juego de azar no genera cosas buenas”, concluyó G.J.B.