Por Andrea San Esteban

El poder y los privilegios se están utilizando para manipular el sistema económico y así ampliar la brecha, dejando sin esperanza a cientos de millones de personas pobres. El entramado mundial de paraísos fiscales  permite que una minoría privilegiada oculte en ellos 7,6 billones de dólares. Para combatir con éxito la pobreza, es ineludible hacer frente a la crisis de la desigualdad.

A mayor concentración de la riqueza, mayor cantidad de pobres. Es una ecuación sencilla.

Argentina se suma a un giro y ajuste desigual, del mismo modo que toda América latina. Ya en los informes del Foro Económico Mundial de Davos, en 2015, se venía alertando de esta situación.

Según los cálculos de Oxfam (organización que mide desigualdades en el mundo), estos son los números

  • En 2015, sólo 62 personas poseían la misma riqueza que 3.600 millones (la mitad más pobre de la humanidad). No hace mucho, en 2010, eran 388personas
  • La riqueza en manos de las 62 personas más ricas del mundo se ha incrementado en un 45% en apenas cinco años, algo más de medio billón de dólares (542.000 millones) desde 2010, hasta alcanzar 1,76 billones de dólares.

Mientras tanto, la riqueza en manos de la mitad más pobre de la población se redujo en más de un billón de dólares en el mismo periodo, con un desplome del 38%.

  • Desde el inicio del presente siglo, la mitad más pobre de la población mundial sólo ha recibido el 1% del incremento total de la riqueza mundial, mientras que el 50% de esa “nueva riqueza” ha ido a parar a los bolsillos del 1% más rico.
  • Los ingresos medios anuales del 10% más pobre de la población mundial, en quienes se concentran pobreza, hambre y exclusión, han aumentado menos de tres dólares al año en casi un cuarto de siglo y sus ingresos diarios han subido menos de un centavo al año.

Otra vez la represión

En Argentina, seguimos una historia que parece calcada. Desde el Movimiento de Empresas Recuperadas ven cómo cambia el nombre de las cooperativas recuperadas y el proceso de conflicto es igual. Narra

Adolfo Pérez Esquivel otro abuso policial contra los trabajadores por orden de un juez. Este caso es Industrias RB, fundada en 1958, vaciada y abandonada por sus dueños en 2001. Los trabajadores se organizaron y en 2003 legalizaron una cooperativa. RB Ltda. es una empresa metalúrgica recuperada por sus trabajadores, sobre la que está vigente una orden de expropiación a favor de la cooperativa que la gestiona hace más de 15 años.  Los trabajadores, luego de que la patronal declarara la quiebra, convinieron con los acreedores un plan de pago para mantener la maquinaria y las fuentes de trabajo. Luego de un largo proceso de lucha legal y económica, en el que se unieron al Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas (MNER), hoy son 18 los trabajadores empleados por la Cooperativa de Trabajo Industrias RB Ltda. que se dedican a la producción de diversos instrumentos y aparatos de medición y control. Según la Justicia, ya no hay más prórroga. El Juzgado de Garantías N°2 de San Isidro, a cargo del Dr. Orlando Abel Díaz, ordenó el desalojo  y la represión se dio tras el reingreso de los cooperativistas a la planta de Martínez,  a dos semanas de haber sido desalojados por orden judicial. Los trabajadores plantean la ilegalidad de la orden dictada ya que en el año 2007 la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires sancionó la expropiación a favor de los trabajadores, ley que fuera prorrogada en 2012 por cinco años más.

Plan Felicidad

La pobreza no explota, no aparece de la nada. No brota después de la lluvia. Se llega a ella. Se programa, se proyecta, se genera. No es un cálculo errado en la distribución, donde un ministro de equivocó de coeficiente. La pobreza no aparece aisladamente en un país. Hay un proyecto para pocos y para que esas minorías puedan tener confort, o condiciones de vida más que dignas, “es necesario” excluir a las mayorías.

Asistimos a un momento donde quienes tienen a su cargo Comedores Comunitarios ven triplicada la demanda. Padres despedidos de sus empleos, ya no pueden reubicarse.

Venimos repitiendo que no vamos a transitar el mismo camino que años anteriores de crisis o saqueo del establishment, aunque el resultado sea parecido o peor. Ya conocíamos al régimen de acumulación, luego conocimos el de industrialización por sustición de importaciones, que muchos sectores defendieron, sin embargo en ambos casos, solo por mencionar dos, abrieron el paso al Plan de Convertibilidad y a los programas de ajuste estructural, de los años 90, que favorecieron el modelo neoliberal en Argentina.

Este proceso histórico o modelo en Argentina y Latinoamérica aparece cada vez con mayor ferocidad. Los pueblos no se equivocan, sostiene un apotegma, pero la población que quería un cambio y pertenecía a clase media ahora se encuentra ahogada. Se instaló un supuesto, que era el “Plan Felicidad”, con solo esa consigna. Nunca se explicó cómo se instalaría. Tampoco dijeron que el “Plan Felicidad” era para pocos. Con el despido laboral, la depresión colectiva, la falta de consumo y la pérdida de conquistas empezó una etapa de “Sinceramiento”.

El ministro de Economía, Alfonso Prat-Gay, reconoció que la inflación se encuentra actualmente en el orden del 40 al 42% anual, debido al ajuste en las tarifas. Lo hizo en el marco de un encuentro organizado por Council of the Americas sobre «Oportunidades de Negocios en Argentina». Además, agregó que “mayormente el trabajo sucio ya está hecho”. No es un chiste de mal gusto. ¿Quién podría pensar, con ese panorama, que Argentina es el mejor lugar para invertir? El actual ministro fue un ejecutivo de uno de los seis bancos “globales” que operan en Argentina, además de JP Morgan y HSBC, como facilitadores de la fuga y la evasión de impuestos. Alfonso Prat Gay, ex ejecutivo de JP Morgan, fue uno de los profesionales que asistía a los grupos que intentaban fugar dinero del país. El es uno de los participes necesarios para aplicar este modelo en Argentina.