JUEVES, 28 DE NOV

Este miércoles podrá observarse un tipo de eclipse que no ocurre desde 1982

La luna estará en su fase llena y se verá más grande y brillosa porque estará más cerca de la Tierra. El fenómenos fue denominado por los especialistas como "Luna Azul".

Miles de personas podrán observar el miércoles un extraño fenómeno astronómico que reunirá un eclipse total de superluna, astro que además estará en su fase llena, algo que no ocurre desde 1982, confirmó hoy el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC, España).

La coincidencia de una superluna, que se ve más grande y brillosa porque está más cerca de la Tierra, y el eclipse total fue denominada por algunos medios estadounidenses como «Luna azul», algo que «nada tiene que ver con su color», explicó el IAC.

Desde el punto de vista astronómico, el mayor interés reside en las observaciones y medidas tomadas durante el transcurso del eclipse total, agregó el organismo en un comunicado, y remarcó que “los cálculos indican que desde 1982 no se produce esta coincidencia, que no tendrá ninguna implicación para la Tierra”.

Los eclipses lunares ocurren cuando pasa por la sombra de la Tierra, lo que no sucede todos los meses porque la órbita de la Luna está ligeramente inclinada con respecto a la de la Tierra-Sol (eclíptica).

Durante la totalidad del proceso, la Luna no desaparece de la vista, sino que adquiere una tonalidad rojiza, razón por la que en las redes sociales se la conoce como «Luna de sangre», reportó la agencia Efe.

Ese fenómeno se produce porque la atmósfera de la Tierra, que se extiende unos 80 kilómetros más allá del diámetro terrestre, actúa como una lente desviando la luz del Sol y filtra sus componentes azules, dejando pasar sólo la luz roja que refleja la Luna.

Así, durante las superlunas «el diámetro del astro puede aumentar hasta un 14 por ciento y su brillo alrededor de un 30», explicó el IAC.

Según datos proporcionados por la NASA, este año se producirán dos eclipses totales de Luna: el del miércoles y otro el próximo 27 de julio.

«El primero será visible completamente desde Australia y el Oriente asiático, mientras que su observación desde Europa no será posible», explicaron y agregaron que «la fase final del segundo sí podrá verse desde el continente europeo».

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