“Esperamos que el gobierno reconsidere su posición, porque si no se producirá un conflicto institucional grave”, advirtió el presidente de la Cámara Baja, Patxi López.
«El gobierno mantendrá su criterio», le respondió, casi de inmediato, el secretario de Estado de relaciones con las Cortes, José Luis Ayllón, quien defiende que el gabinete de Mariano Rajoy no debe ser sometido al control de un Parlamento que no lo eligió.

Es la primera vez que se produce un choque de este tipo entre el Ejecutivo y el Legislativo, aunque también es inédita la situación de bloqueo político que vive España desde las elecciones del 20 de diciembre pasado.

Pasaron casi tres meses de los comicios, y el gobernante Partido Popular (PP), que ganó las elecciones, no cuenta con ningún respaldo para la reelección, por lo que está a la espera de que el líder socialista Pedro Sánchez agote su tiempo para intentar formar gobierno tras fracasar en sus primeros intentos pese a forjar un pacto con los liberales de Ciudadanos.

Con unas nuevas elecciones como escenario más probable, lo que Rajoy no quiere es que la Cámara Baja sirva de altavoz de sus adversarios durante los dos meses que aún le quedan por delante a Sánchez para negociar.

Desde el lado técnico, el conflicto se deriva de diferentes interpretaciones de la ley que ambas partes hacen respecto a la capacidad de control de la Cámara Baja sobre un gobierno en funciones.

López, tercera autoridad del país detrás del rey Felipe VI y Rajoy, esgrime el artículo 26.2 de la ley del Gobierno, según el cual todos los actos del Ejecutivo, estén o no en funciones –circunstancia sobre la que la ley no se pronuncia-, están sometidos al control del Congreso.
“Esta Cámara mantiene intacta su capacidad de control sobre un gobierno en funciones”, remarcó López, cuya posición cuenta con el respaldo del resto de fuerzas políticas, excepto el PP.