El ex presidente Eduardo Duhalde se pronunció a favor de reformar la Constitución para «establecer el régimen de cogobierno» en el que los partidos de la oposición puedan integrar el Gabinete nacional.

«Creo que es el momento de avanzar en la idea de establecer el régimen de cogobierno. El ganador de una elección conduce y los otros partidos con representación parlamentaria integran el futuro cogobierno, de manera proporcional. Y esas fuerzas deben firmar un acuerdo de cogobierno que será el programa a llevar adelante», propuso Duhalde.

El ex mandatario señaló que convocó a «un grupo de prestigiosos constitucionalistas» para que lo ayuden a «recopilar antecedentes y estudios con los cuales estructurar una primera propuesta».

«Es una forma de empezar un camino que será largo y que requiere de la inteligencia y el esfuerzo de todos. Debemos convencernos: no hay más lugar para la mezquindad, que sólo puede conducirnos al caos», señaló.

En una nota de opinión publicada por un matutino porteño, el dirigente justicialista dijo que mira «con atención» el caso de Alemania, país que «ha tenido 23 gobiernos de coalición de diferentes colores políticos».

«El acuerdo de coalición más reciente, el que se firmó cuando asumió Merkell, en 2013, se denominó Crear el futuro de Alemania. Seamos capaces de crear, también nosotros, el futuro de la Argentina», señaló.

Duhalde afirmó que se debe «avanzar hacia un tipo de gobierno compartido por oficialismo y oposición o, mejor dicho, de cogobiernos».

«Hemos visto en la reciente experiencia latinoamericana que el régimen presidencialista, con gobiernos con mayorías amplias, lejos de garantizar la estabilidad y el buen rumbo, han fracasado en sus intentos. Los excesos del presidencialismo y la poca capacidad de la dirigencia para generar acuerdos básicos nos han llevado a construir sistemas permeables a la corrupción y el autoritarismo, sumergiéndonos en crisis recurrentes que parecen ya más la regla que la excepción», indicó.

También destacó que «en España, por su parte , el parlamentarismo no ha garantizado la superación de la crisis política ni aportado a la solución de los problemas económicos».