Los habitantes de los barrios rebeldes de Alepo, en el norte de Siria, estaban escondidos en sus casas este viernes debido a los violentos bombardeos del régimen, dispuesto a conquistar la totalidad de la segunda ciudad del país.

En el cuarto día consecutivo de bombardeos contra la parte de la ciudad controlada por los insurgentes, el régimen de Bashar al Asad atacó varios barrios en manos de los rebeldes.

Según un corresponsal de la AFP, el fuego de artillería alcanzó una intensidad sin precedentes desde hace dos años. En pocos minutos decenas de obuses y cohetes cayeron estremeciendo el suelo con estruendo.

El director de los Cascos Blancos (un grupo de socorristas) en el barrio rebelde de Al Ansari dijo a la AFP que «nunca había oído tiros de artillería tan intensos» en Alepo. «Nos cuesta desplazarnos por culpa (…) de los obuses que caen en las calles», indicó Najib Fakhuri.

Además del ataque con su artillería, el ejército sirio lanzó barriles de explosivos sobre varios barrios rebeldes de la antigua capital económica de Siria, convertida en el principal frente de un conflicto que ha causado más de 300.000 muertos desde 2011.

En el barrio de Masaken Hanano, los edificios temblaban tras cada bombardeo, según el periodista de la AFP y el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH).