Por Aldo Battisacco desde Buenos Aires (enviado especial)

Juan Manuel Casella es secretario general del comité nacional del radicalismo, estuvo al frente de las cartera laboral durante la presidencia de Raúl Alfonsín, encabezó la fórmula como candidato a vicepresidente en 1989 con Eduardo Angeloz, fue candidato a gobernador por la provincia de Buenos Aires y tambiéndiputado nacional.

Hoy, este dirigente de larga trayectoria en la política nacional se propone que el radicalismo recupere el rol protagónico que tuvo en la historia de Argentina, instando a la discusión interna porque teme que «el partido radical desaparezca». En diálogo con Conclusión señaló que «debemos ratificar los valores que dieron origen a la Unión Cívica Radical» y evitar que hay una «oligarquización de sus dirigentes». Y puso especial énfasis de que la cumbre en Villa Giardino, que se llevará adelante desde hoy, incluya como primer punto del temario «el debate la situación partidaria y la relación de la UCR con Cambiemos».

El antecedente inmediato de la cumbre partidaria de la UCR, que se realizará en la localidad cordobesa, fue promovido por Ricardo Alfonsín y Juan Manuel Casella, donde una cincuentena de referentes de todo el país confluyeron en la sede de la Fundación Ricardo Rojas, allí se escucharon duras criticas a las políticas instauradas desde el gobierno nacional y reclamos a la conducción partidaria encarnada por el titular del Comité Nacional, José Corral, y su antecesor en el cargo, el ex senador nacional Ernesto Sanz.

«En la reunión no está previsto en el programa que haya debate -dijo Juan Manuel Casella- y aclaro, nuestra pretensión es que se abra un espacio para debatir, incluso hemos pedido formalmente procurar llegar a generar esta instancia. Tengo un trabajo escrito y busco que se le dé lectura en la convención, con el propósito de ratificar, en primer lugar, los valores de la Unión Cívica Radical, priorizar políticas destinadas a preservar la existencia y vigencia de la UCR y analizar el funcionamiento de Cambiemos en términos críticos, ya que no hay un ámbito de discusión de estrategias, tampoco lo hay para que dialoguen los tres partidos que la integran, con la intención de tomar decisiones. Falta un ámbito de debate. Y si bien somos parte de una coalición electoral, no nos hemos convertido en una coalición de gobierno».

—¿Qué le aportaría el radicalismo al gobierno del presidente Macri?

—El radicalismo tiene mucho para aportar, básicamente política en términos tradicionales y sensibilidad social. Esto hace también ha expresar una defensa partidaria. La UCR puede aportar política y experiencia para anticiparse a los problemas, y evitar los errores, así, evitamos que se vuelva sobre los pasos que da el gobierno. Y aportar una mayor preocupación social.

—Recientemente usted manifestó su preocupación diciendo que temían la extinción del radicalismo y una oligarquización de sus dirigentes.

—Sí, trato de advertir estos riesgos para evitar la absorción del partido por parte del PRO, porque tiene el predominio del manejo del Estado, en segundo lugar nuestra preocupación se direcciona a permitir que la absorción se dé por insignificancia, es decir, porque el radicalismo no se está pronunciando en materia política sobre los problemas fundamentales, y en tercer lugar, la extinción por fracaso, porque estamos incorporados a un gobierno en el que no intervenimos. Sin embargo, el fracaso nos puede arrastrar.

—Quienes acompañan su pensamiento, ¿están dispuestos a traspasar los límites de los acuerdos entre Unión PRO y su partido?

—Un grupo de dirigentes del partido proponen un documento técnico que no intenta empujar a la ruptura, el radicalismo merece una consideración por su historia, con valores, y principios, esta es la motivación. Por supuesto que no compartimos todo lo que ha resuelto el gobierno. Pero quienes vemos necesario dar el debate interno, no compartimos tampoco la frivolización de la política.

—Respecto de la reserva de que esta modalidad de acompañamiento al gobierno llevaría a la oligarquización de sus dirigentes ¿en que aspectos los visualiza?

—Hay que tener mucho cuidado con la política desarrollada en contra o de espaldas a los ciudadanos. La política que no queremos es aquella que es desarrollada en función de los actores y no del bien común. Esto, es lo que en Italia llaman la casta. Interpretando esto último, como una actividad de carácter profesional que genera beneficios a algunos pocos.

—También habló usted de preservación de la identidad de la UCR. ¿De qué forma se logra darle materialidad a esta idea?

—El radicalismo no debe olvidar los fundamentos históricos de su existencia. En una etapa signada por dificultades económicas debemos recordar y pregonar que fuimos un partido creado para defender y preservar los derechos de los desposeídos, así nos lo enseñó Alem. Por lo tanto tenemos que ubicarnos en una posición progresista. Tomando este último concepto en relación a la defensa de los intereses sociales.

—¿Qué le falta al radicalismo para dar el paso que lo saque de esa invisibilización?

—Es necesario emitir opinión y que el ciudadano se entere de lo que opinamos sobre determinados temas, a título de ejemplo digo: el señor Trump es el presidente de Estados Unidos, todo el mundo está prevenido acerca de la política de Trump, no obstante el radicalismo no dio a conocer su posición sobre las políticas del nuevo presidente estadounidense. Otro caso evidente es Brasil, que vive una etapa de crisis económica y política, y tampoco se conoce la visión del radicalismo de lo que acontece en ese país, con el que compartimos un mismo espacio continental. Hay omisiones en el radicalismo que no hay que dejar pasar

—¿Se debe pensar necesariamente en la construcción de un nuevo radicalismo?

—Hay que defender la institucionalidad del partido, pero debe haber un sistema que permita la modernización del partido, que se actualice; incluso introduciendo nuevos pensamientos pero que se ubique dinámicamente frente a la sociedad. Además, debe haber una política de capacitación de recursos humanos para que el ideario radical conserve continuidad en el tiempo.

—¿Cree que en Córdoba la agenda será generosa como para considerar este pensamiento?

—Procuraremos leer el documento y que esta iniciativa permita llevarnos a instancias de debate. La cumbre partidaria de Villa Giardino nos ofrece la oportunidad de plantear estas preocupaciones que expresan el pensamiento de muchos radicales.