El primer ministro francés, el socialista Manuel Valls, superó hoy la moción de censura presentada contra su gobierno por la oposición conservadora y de centro por la reforma laboral que el Ejecutivo decidió aprobar sin el aval parlamentario.

La moción fue respaldada por la oposición conservadora y de centro, además de los neo-comunistas, algunos ecologistas y unos pocos diputados socialistas.

Sin embargo, no contó con el respaldo de los llamados diputados socialistas disidentes, representantes del área izquierdista del partido, que ayer habían tratado de presentar su propia moción y que anunciaron su rechazo a una iniciativa lanzada por la derecha.

Es la segunda vez que el Ejecutivo de Valls supera una moción de censura, 15 meses después de que lo hiciera tras la aprobación de la llamada «ley Macron», que contenía medidas liberalizadoras.

Como entonces, a falta de suficiente apoyo parlamentario para sacar adelante la reforma laboral, el jefe del gobierno apeló al artículo 49.3 de la Constitución, que le permitió aprobar en la Cámara Baja una ley sin aval parlamentario.

Pero al utilizar el recurso constitucional Valls debió someterse a una moción de censura, que en caso de haber obtenido el apoyo de la mayoría simple de la cámara hubiese supuesto su destitución.

Pese a que superó este trámite, la reforma laboral tiene ahora que pasar al Senado, una Cámara controlada por los conservadores, por lo que a todas luces el texto será modificado.

La ley volverá entonces a la Cámara Baja, donde si no hay cambios Valls se verá obligado de nuevo a recurrir al 49.3.

A un año de las elecciones presidenciales y legislativas, el Ejecutivo francés afronta una triple oposición.

Por un lado, los conservadores y la patronal, quienes consideran que la reforma laboral propuesta no flexibiliza lo suficiente el mercado de trabajo, lo que no dará margen a los empresarios para crear empleo.