«La vanidad es como la osteoporosis del alma: los huesos de fuera parecen buenos, pero por dentro están todos arruinados», graficó el pontífice argentino durante la homilía en la misa matutina celebrada este jueves en la capilla de la residencia papal de Santa Marta.

«La vanidad que nos infla, que no tiene larga vida, es como una burbuja de jabón; la vanidad que no nos da una verdadera ganancia, nos lleva al fraude. Si queremos decirlo simplemente: la vanidad es maquillar la propia vida. Y esto enferma el alma, porque uno maquilla su propia vida para aparentar, para parecer y todas las cosas que hace son para fingir», añadió Francisco.

«Como los estafadores que marcan las cartas para ganar y luego su victoria es ficticia, no verdadera. Esta es la vanidad: vivir para fingir, vivir para parecer, vivir para aparentar«, criticó .

«Que el señor nos libre de estas tres raíces de todos los males: la codicia, la vanidad y el orgullo, pero sobretodo de la vanidad, que hace tanto mal», pidió por último el obispo de Roma.